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¡Un condenado invadió el Congreso!

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Fecha Publicación: 16/08/2023 - 23:00
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“Si hubiéramos estado en la Mesa, otra sería la cosa”, sentencia el estalinista Vladimir Cerrón, un político preparado por uno de los laboratorios del comunismo más brutal, el cubano, país donde él estudió y vivió alrededor de década y media. Cerrón sabe de política latinoamericana como los mejores.

Encaja claramente con el genoma comunista, combinando su filuda dialéctica extremista con las viejas tácticas de la KGB, las experiencias de los servicios secretos castristas, y una saboreada del auténtico poder, a través de su polichinela Pedro Castillo. Cerrón, como todos los comunistas, sabe que “Salvo el poder, todos es ilusión”.

De allí su momentánea desilusión tras el fracaso en que acabó su candidato, el ignaro, golpista Castillo, dirigente pro senderista hoy enjaulado como ave de mal agüero, imputado por una larga lista de delitos que le harán purgar varias décadas de carcelería. Cerrón respira por la herida y habla con la boca llena de hiel, consciente de que fracasó. ¡Lo que resulta imperdonable para su imagen como jerarca del comunismo peruano! Hoy es una hiena herida que, esta vez, no está dispuesta a comerse las sobras, sino a llevarse el banquete completo. Cerrón apuntaría, pues, a dar un golpe de timón, a efectos de superar su actual estado de segundón en la vida política peruana.

Por eso su lamento: “Si hubiéramos estado en la Mesa otra, sería la cosa”. Él está decidido a girar en redondo para, otra vez, implementar su proyecto de engullirse el Perú y convertirse en la principal figura de la jerarquía comunista latinoamericana. Cerrón ansia heredar a Lula da Silva y/o al resto de la saga genocida de los Castro, al impresentable Hugo Chávez o a su súbdito Maduro. Repetimos, busca desesperadamente ser el líder peruano del comunismo latinoamericano. Credenciales, no le faltan. ¡Pero en el mundo totalitario los fracasos se pagan! Y otro problema es que el Perú no es Cuba ni Venezuela; ni Bolivia, ni Nicaragua, etc. Su fracasada intentona de comunizarlo a través del golpista Castillo, debió evaluarla psicoanalíticamente como médico que es. Pero más pudo su miopía comunista. Así que preparémonos para abortar, las veces que sean, otras intentonas totalitarias de Cerrón por recuperar el poder que perdió al confiar en Castillo. Su inminente movida sería capturar la Mesa Directiva del Congreso. Tanto que, últimamente, la bancada de Perú Libre, partido de propiedad suya, llamó a una conferencia de prensa en el mismísimo palacio Legislativo. Cómo sería el desconcierto en el Parlamento, que ninguna bancada protestó porque el comunismo llevó como orador nada menos que a un reo de la Justicia. ¡Un condenado por corrupción, como Vladimir Cerrón!, lanzando un violento ataque contra ese poder del Estado, y exigiendo respaldo para la asamblea constituyente que reclama el comunismo criollo y rechaza la mayoría de un Congreso que, en ese preciso momento, estaba siendo vejado por un comunista condenado apellidado Cerrón. ¿Qué opina la presidente Dina Boluarte?

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