Un Congreso moralmente descalificado
A l paso que van la cosas, lo más probable es que la izquierda acabe copando la Mesa Directiva del Congreso. La descomposición de la política nacional es de vértigo. El fulminante, como siempre, es un combinado de corrupción con mediocridad y envidia. ¡A esta diabólica fórmula hay que agregarle los celos entre las clases altas y media, karma que nos manifiesta como sociedad compleja y mediocre! El Parlamento actual es de horror. No menos de una cuarta parte está compuesto por delincuentes.
Empezando por esos miserables mal llamados “niños” -alias que orgullosamente recibieron del golpista Castillo- que se prestaron a vender su alma al diablo a cambio de prebendas de diferente naturaleza. Hablamos no sólo de la típica corruptela de recibir cohechos para votar –a favor o en contra– de determinado proyecto de ley. ¡Lo que también está penalizado por ley! ¡Porque todo legislador que mercantiliza su voto se convierte en delincuente y debería ser retirado del cargo! Es más, a los mal llamados ‘niños’ el país les repudia por haber comercializado su voto para NO vacar a Pedro Castillo.
Vale decir, votaron para NO vacar a un taimado comunista, a un prosenderista, a un analfabeto acomplejado, a un sujeto decidido a transformar a la sociedad peruana en espejo de la venezolana. ¡Eso es lo que procuraba el hoy reo Castillo! Entonces, esos congresistas apodados “niños” –que recibieron su dinero y otras canonjías para consolidar en el poder a este analfabeto enemigo de la democracia y del Estado de derecho– votaron para que se quede el exsecretario de la facción senderista del sindicato magisterial, ahondando la ruina social, política, económica de todos los peruanos Hoy, estos delincuentes estarían próximos a consolidarse en el poder votando a favor de una Mesa Directiva parlamentaria que se comprometería a no permitir que –en comisiones ni en el Pleno– procedan las justas denuncias que pesan sobre ellos. Este intolerable quid pro quo de la infamia venimos observando impunemente en medio del cabildeo que, tras bambalinas, viene desarrollándose para designar de los miembros de la siguiente Mesa Directiva.
Pero aparte de estos “niños” abyectos, existen otros parlamentarios que entraron al Congreso para robarle a sus empleados a quienes, a pedido del legislador, contrató el poder Legislativo para que laboren en sus despachos. ¡Un promedio de seis empleados para cada congresista! Resulta que estos abyectos “padres de la patria” les obligan a “reintegrarles” un porcentaje de su remuneración –pagada por usted, amable lector– y asimismo, al menos el cincuenta por ciento de sus dos gratificaciones anuales. El 26 de este mes se llevará a cabo la votación para elegir a la Mesa Directiva.
¡Serán necesarios 66 votos para alcanzar la mayoría! A esta fecha, los bloques de centro y de izquierda no tienen votos suficientes. Por tanto, será el voto de “los niños” el que determine la próxima Mesa Directiva del Congreso peruano. Una vergüenza nacional, debida en gran parte al analfabetismo político de la irresponsable mayoría de peruanos que votó por “los niños”, sin importarle su propio futuro.
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