Una traicionera mayoría parlamentaria
Según indica la Fiscalía de la Nación, Lilia Paredes de Castillo Terrones “coordina la organización criminal” que lideraría su esposo Pedro Castillo. Pero, asimismo, lo haría “con plena autorización” de este último, quien continúa siendo el presidente de la República. Esta imputación implica que el presidente del Perú es el cabecilla de una mafia en la que participan su esposa, su hija putativa, así como dos hermanos de su esposa. Si semejante conclusión, a la que ha llegado el Ministerio Público, no es mérito suficiente para que el Parlamento aplique la vacancia inmediata al todavía mandatario Castillo -aun prescindiendo de las demás acusaciones que la Fiscalía le imputa por corrupto al todavía jefe de Estado peruano- querrá decir que la mayoría legislativa es cómplice del régimen criminal que preside Pedro Castillo. Para ser claros, el oficialismo carece de mayoría legislativa para respaldar a este gobierno presidido por el capo de una mafia que tiene por objeto asaltar las arcas fiscales, propiedad de todos los peruanos, para enriquecerse en forma criminal. En adelante, los nombres de esos congresistas que voten en contra -o se abstengan de hacerlo- en una próxima moción para vacar a Castillo por “permanente incapacidad moral para gobernar”, deberían perennizarse en piedra bajo el epígrafe: “Estos miserables parlamentarios traicionaron al Perú para favorecer a un régimen corrompido, comunista, pro-sendero luminoso, liderado por el plagiario, cleptómano y mitómano Pedro Castillo.” ¡Basta de contemplaciones, amables lectores! La cobardía de la mayoría parlamentaria -que hace un año venimos comprobando como se resiste terca, interesadamente a vacar de la jefatura del Estado a un corrupto, como Pedro Castillo- es absolutamente abyecta, vergonzosa y canalla.
Es sin duda insólito que una minoría legislativa -como esa que el partido oficialista colocó en el Congreso- se convierta en mayoría absoluta porque un puñado de aventureros (de Acción Popular, Podemos, Somos Perú) traiciona a sus electores aliándose con el sector gobiernista, a cambio de coimas que sirven de moneda de cambio para comprar sus conciencias. Y paralelamente para dinamitar el sistema democrático que tanto esfuerzo ha costado a sendas generaciones que contribuyeron a forjar lo que, bajo el nombre Perú, el mundo hasta hace poco usaba para definir a una vibrante nación.
Es ocioso repetir los crímenes y las transgresiones constitucionales perpetradas por Castillo, desde que asumió el poder tras una elección bamba. Diariamente la patria repudia la catadura criminal e inmoral del sujeto que la preside. La fiscal Marita Barreto ha pedido al Poder Judicial imponer 24 meses de prisión a la hija putativa de Castillo, Yenifer Paredes. Asimismo, la Justicia declaró infundada la tutela de derechos presentada por el abogado de Castillo, para frenar toda pesquisa por delito de encubrimiento personal. Finalmente, el juez supremo J. Carlos Checkley concluyó que nunca se vulneró el derecho al debido proceso ni a la defensa, cuando la Fiscalía tomó la declaración del exministro Mariano González. ¡Jurídicamente, hoy Castillo agoniza! ¡Pero el Congreso no lo vaca! ¡Si cada peruano presionara directa/indirectamente a esos congresistas traidores, otra será la realidad de nuestra patria!
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