¡Van seis carpetas fiscales!

El desgobierno se acentúa en medio de la desintegración del régimen Castillo, y una pose cada hora más radical de su cabecilla, perseguido muy cerca por la Justicia y apenas sostenido por una organización criminal camino a ser desbaratada, procesada y condenada.

La familia presidencial que acompaña a gobernar al capo de la mafia es, hoy en día, una banda de asaltantes del Estado, adonde Pedro Castillo juega el rol de jefe; su esposa de coordinadora, y su hija putativa de ejecutora; aparte que dos sobrinos suyos -todavía prófugos- desempeñan la función de enlace con los favorecidos, a través de licitaciones amañadas y cuanto robo pueda imaginarse. Así lo ha preestablecido la Fiscalía de la Nación. Es evidente que sostener tamaña organización delictiva demanda la concentración exclusiva del jefe de este clan de bandoleros. Nos referimos a Pedro Castillo Terrones, quien recibe sueldo de los ciudadanos para gobernar. Aunque hace precisamente lo contrario, ya que dedica su tiempo y esfuerzo a mantenerse en el poder, haciendo malabarismo político/judicial en lugar de concentrarse para finalmente planificar y ejecutar líneas maestras en la economía, la minería, la agricultura, la salud, educación, etc.

En efecto, el miércoles el Ministerio Público le abrió una sexta carpeta de delitos a Pedro Castillo. Todo un récord, ¡inclusive en el mundo del hampa, al que ya pertenece este sujeto que tiene el desparpajo de permanecer presidiendo nuestro harto humillado país, encontrándose imputado por cometer graves crímenes continuados! Todos de carácter social y económico en perjuicio del Estado peruano. Ese día, la Fiscal de la Nación le abrió una nueva investigación al presidente Pedro Castillo Terrones por el presunto delito contra la tranquilidad pública, en la modalidad de organización criminal. Esta vez por el caso obras en Cajamarca que benefician tanto el valor de su vivienda como la de su padre. Con esta carpeta, ahora suman seis las indagaciones en contra del mandatario, a quien, aparentemente, le importa muy poco figurar involucrado en gravísimos hechos de corrupción.

Ante semejante atentado contra el bolsillo suyo, amable lector, y contra el buen nombre del país, el irrenunciable primer ministro Torres se preguntaba muy orondo: “¿Saben por qué la oposición pide la vacancia, destitución e inhabilitación del presidente? No les gusta que un chacrero esté en Palacio, que un campesino esté en Palacio. Ahora hacen su finta pagando millones de soles a personas que hacen una persecución. Hacen todo un show para que a su familia la tengan enmarrocada y digan al país ‘ese es su presidente, su familia’. Quieren enmarrocar a su familia, y ¿por qué no enmarrocan a los que han abandonado la educación del pueblo?”.

Ni podemos ni debemos -y menos queremos- seguir siendo gobernados por una organización criminal, señores congresistas que aún consideran que las sesudas investigaciones que realiza la Fiscalía de la Nación “son un invento de la oposición”. ¡Ya basta de hipocresías y de actuar como enemigos del Perú! El país les exige responsabilidad y coraje para, a la brevedad, vacar al verdadero enemigo de los peruanos.

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