Vivimos manipulados por Soros
¿Quién ampara al ciudadano en este marasmo de podredumbre que constituyen nuestra Fiscalía de la Nación y Poder Judicial? Vivimos amenazados por magistrados que responden a mafias e intereses, en lugar de ceñirse a los postulados de la Constitución, los códigos y las leyes.
Hasta estos momentos, subiste un resquicio llamado Tribunal Constitucional. Sin embargo, la camorra que manipula el Ministerio Público y el palacio de Justicia confabula para politizar la composición de los tribunos, e incorporar al TC a una suerte de Triángulo de las Bermudas de la injusticia. Sabemos que en el Perú llueve para arriba.
El país está de cabeza, todo puede suceder. Entonces, ¿cómo podrían salir los peruanos de semejante encrucijada? En rigor, no existe respuesta contundente. La amenaza que embarga a nuestra ciudadanía es absoluta, latente, estremecedora.
Desde comienzos de siglo, la mafia caviar se apropió de dos de los tres entes vertebrales que permitían a nuestra Justicia ser sorda, muda y ciega, como dictan las diosas Iustitia (romana) y Temis (griega), Aquí entraría a tallar Gustavo Gorriti Ellenbogen, judío ruso por sangre materna (Dora Ellenbogen Goldenberg de Bocovina, Rusia) y padre peruano, Gustavo Gorriti Butrón, un diputado y agricultor camanejo. Según informe no desmentido, publicado por el suplemento Contrapoder que púbica EXPRESO, el Instituto de Defensa Legal IDL es una ONG que hoy dirige Gorriti. Lo funda Ernesto de la Jara y como mano derecha tuvo a la corrupta Susana Villarán.
El objeto del IDL fue, es y será denunciar ante al mundo “la violencia del Estado peruano contra sendero luminoso y mrta”. Tiempo después, Gorriti retorna deportado de Panamá, tras haberlo declarado persona non grata la prensa de ese país.
En esos días, Alejandro Toledo iniciaba su campaña presidencial. Gorriti le sugiere escenificar un putch violento para derrocar –o debilitar– a Fujimori. Lo llamó “marcha de los cuatro suyos”. Gorriti actuaría como iracundo propulsor, provisto de su condición de representante del multimillonario George Soros, “un desestabilizador internacional de soberanías nacionales que aportó un millón de dólares para aquella marcha”. Asimismo, informaba Contrapoder, suplemento que publica EXPRESO, ya con Toledo en el poder surgen como hongos las ONG.
Clara táctica para copar instituciones estatales a base de chantajearlas con ser denunciadas por violar los derechos humanos. Abarca básicamente a entes relacionados a la Justicia, Educación y derechos humanos. Soros, a través de Gorriti, precisa sus expectativas estableciendo una poderosa red de influencia, fundamentalmente en el poder Judicial y el Ministerio Público.
El resultado es la destrucción del Estado peruano, cooptado por un pillo internacional cuyo propósito es secuestrar naciones para manipularlas según sus vaivenes politiqueros. Una inversión multimillonaria que a Soros le reditúa influencia y utilidades y, pagamos los peruanos con sangre, sudor y lágrimas contemplando la destrucción estatal que carcome nuestro país.
Como describe Contracorriente, IDL más que una ONG es un grupo político/ideológico, que ejerce poder negociando con gobiernos de turno ofreciéndoles “capacitar” a jueces y fiscales vía su ideologización y sometimiento, aplicándoles el lawfare a quienes se opongan a los intereses de Soros.
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