Y además, la viruela del mono

Ocho mujeres fueron secuestradas, colgadas desnudas boca abajo y azotadas ferozmente en Pataz, La Libertad, por ‘ronderos’ que las acusaron de hechicería. Ese es el Perú del siglo XXI, de superchería, violencia, machetes y chicotes que Pedro Castillo sueña para el resto del territorio nacional. Las organizaciones feministas, de derechos humanos, académicas y el Ministerio de la Mujer, dijeron N-A-D-A sobre esta barbarie porque según el entendimiento de la mugresía roji-caviar eso “es su costumbre”.

Bueno, el matrimonio entre hombres adultos y niñas preadolescentes es una práctica arraigada entre los islamistas, dado que el profeta Mahoma tomó por esposa a Aisha cuando tenía seis o siete años y él 52. Hay, pues, costumbres aberrantes que deben erradicarse y castigarse. ¿No?

En el Perú del siglo XXI los seguidores de Castillo creen en brujas, como si vivieran en los siglos XV y XVI, o en la Roma Antigua. Felizmente las mujeres no fueron quemadas en la hoguera. Pero vaya cómo brincaron los mugresistas, incluido el premier Aníbal Torres, por la imitación de Carlos Álvarez de la esposa del presidente Castillo. Parecían ranas sobre la sartén caliente. Es decir, silencio frente al cuasi asesinato de las mujeres en Pataz e indignación por una broma. Ya lo dijo el genial actor y humorista inglés John Cleese, de Monty Python, toda idea crítica con algún grupo social es considerada cruel y políticamente incorrecta porque “toda la comedia es crítica”. Cleese defiende el derecho de expresión de los comediantes del mundo.

De la imitación de la primera dama pasamos al cuentito de Zamir Villaverde, quien supuestamente tiene audios y videos que demuestran el fraude de las últimas elecciones. Sí, claro, para los que se la creen. El miércoles, un automóvil del Ministerio del Interior exhibiéndose cual pionono en vitrina, se aparcó frente a la casa de Villaverde para ‘espiarle’. Y vaya casualidad, esa misma noche a Villaverde se le detuvo en la comisaría de La Molina (según canal N, en la de Surco) porque tenía vigente una requisitoria no anulada tras su liberación de la prisión preventiva (que padeció hasta convertirse en colaborador eficaz). El hombre hizo su teatro y gritó: “Mátame Castillo, igual te denunciaré”, o sea el cadáver denunciante, si acaso alguien le matará, cosa que no ocurrirá. Mucha alharaca, pero del material audiovisual N-A-D-A.

Y cuando creíamos que nada peor podía pasar, llegó la variante ómicron de quinta generación, la cepa BA.5, es más contagiosa, inmuno-evasiva e infecta el tejido pulmonar 18,3 veces más que la variante anterior BA.2. Además, la viruela del mono ya está en nuestro país. El primer caso se dio el 26 de junio, y 21 días después hay 55 casos confirmados.

Amén de la incompetencia y corrupción del actual régimen, la viruela del mono. ¡SOS!

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