¡Y 'Los Niños' siguen robando!
El ágrafo, golpista, corrupto Pedro Castillo, permaneció durante un año y medio en el poder a base de corromper, con dinero de los contribuyentes, al Congreso Nacional, comprando la conciencia de la escoria nacional que se incrustó en el poder Legislativo. Algunos de ellos gracias apenas a 1,200 votos preferenciales que obtuvieron en los comicios de 2021. Es decir no representan ni al 0.0001% de la población peruana e, inclusive, no saben hablar ni escribir correctamente el idioma oficial, Castellano.
Sin embargo, estos sujetos, hombres y mujeres, son parlamentarios que proponen leyes, las aprueban, derogan, modifican, etc., gracias a que cada uno de ustedes, amables lectores, les sufragan el costo de siete u ocho vasallos que trabajan a sus órdenes, en oficinas pagadas también por los sufridos contribuyentes. ¿En qué trabajan? Se supone que redactando proyectos de leyes, propuestas parlamentarias, discursos solemnes, etc., que causan urticaria por la medianía -y hasta estupidez- de su contenido.
Hoy, el poder Legislativo del Perú no es sino un parque de diversiones donde, salvo honrosas excepciones, participan tragasables, pericotes comesueldo, payasos trajeados de cualquier basura, funambulistas, vendedores de cebo de culebra, etc., sin que la gran mayoría de estos “padres de la patria” siquiera concluyera primaria y/o secundaria, terminado alguna carrera profesional, y/o cursado una maestría en una universidad seria.
Cualquier organismo conformado por gente con semejante nivel intelectual y/o moral está condenado al más estrepitoso de los fracasos. ¡El poder Legislativo peruano no es la excepción! Elección tras elección los peruanos han tenido que votar por postulantes muy similares; aunque todo indica que sistemáticamente cada quinquenio decae el nivel de calidad de nuestra ciudadanía.
El Congreso de hoy, podemos decir sin temor a equivocarnos, es el peor de la historia. Aunque habría que resaltar que su mayor decadencia se percibe en el aspecto ético de la clase congresal. Como adelantamos al inicio de este comentario, Pedro Castillo aprovechó esta realidad para atornillarse al sillón presidencial, comprando las conciencias de los parlamentarios motejados “niños”, evitando que voten por la vacancia a cambio de otorgarles dinero y prebendas pagadas por el contribuyente, hipotecando desde ahí sus votos al peso de la canonjía que reciban. También apoyando ventajas para parlamentarios que representan a bloques magisteriales, promulgando leyes nominales promovidas y votadas por los mismos interesados.
Tamaña corrupción congresal genera un terrible drenaje presupuestal, que en vez de ayudar a la población beneficia solamente a sector oficialista. Así ocurrió durante el año y medio de permisividad que le dieran a Castillo los niños de Acción Popular para que, a cambio de dinero y puestos de trabajo, siga presidiendo su organización criminal dedicada sólo a robarle al Estado.
Tan escandalosa es la tolerancia que continúa protegiendo a estos “niños” con olor a podredumbre, que con sus propios votos -y delante de toda la representación nacional- se autoexcluyeron de ser denunciados por robar dinero bajo las más inverosímiles, sucias modalidades, proveniente del sueldo de los empleados del Congreso que trabajan para ellos, remunerados por usted, amable lector. Un vergonzoso, inaceptable escándalo nacional.
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.