¡Ya basta, presidenta Boluarte!
La izquierda es incorregible. No le basta haber arruinado al país, imponiendo a una desproporcionada, ineficiente, ultracorrupta empresa estatal, para una nación que apenas produce entre 30 a 40,000 barriles diarios de petróleo BDP, siendo su consumo actual 230,000 BDP. Es más. Hace siete años la izquierda humalista le dio el visto bueno a Petroperú para que amplíe su refinería de Talara, habiéndose estimado el costo en US$ 1,600 millones, cifra por demás imprudente para aquella empresa pública, permanentemente desfinanciada y pletórica de corruptelas. Pero transcurridos siete años, el costo de ese despropósito cifra los US$ 7,800 millones de dólares, y hoy el Perú se encuentra en una de las más graves crisis económicas y financieras de su historia, sumada a una desmoralización general de su gente; y al rechazo evidente de los inversionistas a apostar un sol más de su patrimonio para invertirlo en este cada vez más desconfiable Perú. Sin lugar a dudas, la perspectiva nacional es alarmante. Y con el actual panorama político de cara a las siguientes elecciones (manipuladas incuestionablemente por los rojos, uno de ellos, presidente del Jurado Nacional de Elecciones); y los corruptos detrás de la presidenta Boluarte, que no sueltan el poder, el futuro se hace cada día más complejo.
Sin embargo, esta grave realidad para nada se condice con el talante irresponsable, temerario, incluso cínico del gobierno de Dina Boluarte, quien cada día se envanece más alucinando ser lideresa política; con sus demagógicos discursos y cotidianas declaraciones clientelistas, acercándose más bien al estrato de aquellos charlatanes populistas de siempre. Lo complicado es que su corroborado populismo izquierdista está llegando a estratos demenciales. Cómo despilfarrar el dinero que ahora no tiene el Estado, endeudando al país a sabiendas de que los estragos que soportan los peruanos –cuando los bancos y gobiernos extranjeros empiezan a presionar para el cobro de nuestras obligaciones de pago– podrían degenerar una incontrolable explosión social de características muy peligrosas.
Y no nos referimos solamente al continuo desmanejo de la cosa pública por parte del régimen que preside Boluarte, plagado de improvisaciones, de desconocimientos y de incapacidades; además de las sospechas, cada vez más corroboradas, de su hipoteca al extremismo de sus cófrades Pedro Castillo y Vladimir Cerrón. Hablamos, más bien, de situaciones límite. Como aquella que el consejo de ministros de su régimen “desde hace una semana sigue estudiando el nuevo salvataje a Petroperú”, empresa quebrada y desabastecida de petróleo local para producir los 80,000 mil barriles diarios que generaría –a un costo colosal– para repagar la corrupción que ha quintuplicado el presupuesto inicial de aquel proyecto. Presidenta Dina Boluarte. ¡Ahí no hay nada que estudiar! Su responsabilidad con los 33 millones de peruanos es decirles NO a aquellos sátrapas de Petroperú que insisten en seguir lucrando de nuestra empobrecida ciudadanía para que continúe su festín. ¡Ya basta, presidente Boluarte! Mejore los hospitales del pueblo; construya vivienda social; comisarías, cárceles seguras, carreteras, puentes. ¡Pero de ninguna forma dilapide un centavo más en Petroperú! ¡Eso implicaría un crimen social que usted pagará!
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.
