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«Zona de interés», de Jonathan Glazer

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Fecha Publicación: 20/03/2024 - 21:30
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La película “Zona de interés” (2023), del director Jonathan Glazer, no hace honor a su nombre, a pesar de contar con una recreación de época inmejorable. La historia trata de una pareja de esposos: Rudolf Höss es un comandante nazi que supervisa el campo de concentración de Auschwitz, se trata de un hombre con un mundo interno oscuro y perverso, nos hallamos frente a una máquina de muerte, aunque sus gestos tímidos y su voz meliflua no lo delaten, es más, parece un hombre común, preocupado por el bienestar de su familia, compuesta de cinco niños y por Hedwig, una mujer tosca y con pinta de granjera más que de gran señora. Sin embargo, su posición la ha familiarizado con los abrigos de pieles, la comida cara y un hogar lujoso y bello como una casa de muñecas, pero que tiene un “pequeño” defecto: se encuentra al lado de un campo de concentración del que lo separa un grueso muro (la película ha sido filmada en el mismísimo Auschwitz), por lo que a todas horas se escuchan llantos, gritos, estertores, balas, y el sonido del fuego de los cuatro crematorios (la música del film es realmente impactante, es como sentir en la nuca la respiración de la Muerte) y se siente, además, el humo y las cenizas que lo cubren todo, incluso el río y el campo aledaño.

Por ello, la familia se recluye cada vez más en su casa de juguete y prefiere recrearse en la minúscula piscina del jardín o en el invernadero, en lugar de pasear por el bosque, incluso llegan a atrapar animales silvestres y los llevan a casa, como encerrándose más en un lugar que contrasta con un entorno del que no quieren saber nada, aunque los sirvientes y los niños, por los horrores que intuyen, caen en el sonambulismo. Aquí el director juega con uno de los recursos de Alfred Hitchcock, ya que no presenta el horror del campo de concentración de manera directa, la mayoría de sus protagonistas solo pueden presentir la muerte, por lo que el miedo es más intenso, y como no se ve una escena explícita, los espectadores deben completar los detalles faltantes con su propia imaginación, creando así una secuencia indeleble en su mente. Pero los 105 minutos en los que se aplica esta técnica hacen de “Zona de interés” una película tan predecible como sus personajes, pues si bien la música es desgarradora y los colores son un verdadero festín para los ojos, esto no alcanza para salir satisfecho de la sala.

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