Sueños constitucionales
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¿De los sueños nacionales a los sueños constitucionales? Parece que los discursos de reivindicación feminista en un evento del TC les dieron sueño a Manuel Miranda y a Ernesto Blume. Al menos el primero entró en brazos de Morfeo a tal punto que le contagió un poco a su colega, quien no pudo evitar una pestañeada. Sin duda, Eloy Espinosa-Saldaña –quien se dormía en plenas audiencias de casos emblemáticos– ha dejado un mal ejemplo.
FIGURETI
Qué mal eso de que el presidente de la República Martín Vizcarra esté dando un mensaje a la nación por un caso de coronavirus. ¿Un caso es una pandemia? ¿Qué le pasa? ¿Él es médico, patólogo o experto en temas virales? Al margen de un mensaje similar de Sebastián Piñera en Chile, entendible por su difícil situación, con un referendo de por medio, en ninguna parte del mundo se ha visto este tipo de figuretismo que, en vez de crear calma, ha causado pánico.
¿FELIZ?
“Con el coronavirus apropiándose del escenario noticioso, adiós por un tiempo a la ineptitud de Vizcarra y sus ministros, a los corruptos de Odebrecht, del Club de la Construcción y a los escandaletes selectivos de la fiscalía. ¡Viva el coronavirus!, debe estar gritando Vizcarra”, ha escrito Pepe Barba en sus redes sociales.
CORTINA
Claro, se usa la salud del pueblo como cortina de humo ante los tremendos problemas de un Gabinete al parecer con prontuario, que además se caía a raíz de los casos de la titular de Minería, Susana Vilca, por sus antecedentes con la informalidad del sector, y, obvio, de Carlos Lozada y los escándalos insufribles del MTC, y de la señora del Produce, Rocía Barrios, para quien la Fiscalía ha pedido hasta cárcel.
MINISTRA DISCRIMINADA
No solo eso, sino que a muchos llamó la atención que la ministra de Salud, Elizabeth Hinostroza, estuviera prácticamente de adorno en el mensaje donde Vizcarra anunció el primer caso en el Perú. Si en vez del moqueguano, Pedro Olaechea o alguien más de la oposición hubiera hecho lo mismo, ya las guaripoleras los acusarían desde machistas hasta feminicidas en potencia.
PURO VENENO
Hablando del feminismo mal entendido, sería bueno que las fanáticas de esos credos lean la última entrevista a una figura emblemática del feminismo de izquierdas, Camille Paglia, titulado «El resentimiento contra los hombres que enseña el feminismo moderno es puro veneno» que vio luz este jueves en el ABC de España. “Lo que no me hace ninguna gracia es esa proyección histérica según la cual la sexualidad ha quedado reducida a depredadores masculinos y víctimas femeninas”, dice la intelectual norteamericana.
FEMINISMO EQUITATIVO
Tiene razón, sobre todo en tiempos en que se trata de inducir y hasta formular y plasmar, como en el Congreso peruano, legislaciones sectoriales, por no decir corporativas y sexistas. “Podemos exigir seguridad para los individuos disidentes sin tener por ello que otorgar derechos especiales a ningún grupo. Soy feminista equitativa, abogo por la igualdad de trato ante la ley. No debe haber grupos a quienes la ley otorgue privilegios especiales. Me opongo al control de las conciencias. Milito por la libertad de expresión y de conciencia”, dice Camille.
ES MUY PELIGROSO
“Los progresistas han cometido un error muy grave: consentir que el Estado pregunte por qué alguien ha cometido este o aquel crimen. El crimen no se convierte en algo peor porque la víctima pertenezca a un grupo con protección especial. Eso es muy peligroso. Lo que está ocurriendo, por el hecho de que el Estado tome partido por estos grupos, es que se está propiciando un desplazamiento hacia la derecha. (...). Me opongo a toda protección especial para las mujeres, adopte la forma que adopte”, afirma Paglia.
HAY MÁS...
La nueva generación de feministas ve un universo repleto de mujeres victimizadas enfrentadas a unos malvados depredadores. “Tienen una visión de la historia según la cual todos los males han venido de los hombres. En mi obra hablo de cómo las mujeres están en deuda con los hombres por todo. Ese resentimiento contra los hombres, eso que enseña el feminismo moderno, es puro veneno. ¿No puede haber un feminismo racional que reconozca a los hombres el mérito de haber creado la estructura fabulosa que nos rodea?”, se interroga. Vale la pena leerlo.
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