La vedada intromisión de la OEA en los asuntos internos del Perú
Todo país tiene derecho a elegir, sin injerencias externas, su sistema político, económico y social.
Por Luis Lamas Puccio
La política siempre ha estado en todas partes y constituye un juego complejo y enrevesado de intercambio de intereses incluso encontrados, que van más allá de las formalidades y apariencias y que en la práctica nos afecta a todos por igual. Me refiero a la intromisión vedada de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en los asuntos internos de nuestro país, cuya solución solo nos compete a los peruanos de acuerdo a lo que señalan nuestras leyes y los tratados internacionales.
La Carta de la OEA, en su artículo tercero, precisa que todo país tiene derecho a elegir, sin injerencias externas, su sistema político, económico y social, a organizarse en la forma que más le convenga, y tiene el deber de no intervenir en los asuntos de otros estados.
Me refiero a los pedidos y actitudes develadas que, en el marco de los protocolos, la citada organización ha venido mostrando y muestra hasta la fecha sobre nuestra nación. Hago referencia al respaldo y apoyo incondicional que en su oportunidad hizo público el secretario de la citada organización a favor de nuestro primer mandatario Pedro Castillo Terrones en temas relacionados con la corrupción.
Desconozco si se retractó de lo que dijo hace un año cuando visitó nuestro país en representación de su organización, y brindó un respaldo unánime y abierto a nuestro primer mandatario, reconociéndole sin mayores dudas su voluntad manifiesta de luchar contra la corrupción como el eje central de su política interna frente a los cambios que preconizaba.
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