“Los exterroristas no descartan lucha armada”
Luis Alberto Sánchez Cáceres: sediciosos están agazapados a la espera de una convulsión social para volver a sus andanzas.
Si la lucha armada terminó con la caída de los cabecillas de Sendero Luminoso y MRTA, latente permanece el riesgo de que sus exintegrantes en libertad se reorganicen y vuelvan a tomar las armas.
El director de la ONG Waynakuna, Luis Alberto Sánchez Cáceres, puso en advertencia a través de este diario que varios operadores de lo que fue el terrorismo en el Perú están reestructurándose para iniciar nuevas incursiones en el país.
“En sus distintas apariciones en eventos culturales y medios de comunicación, ellos no descartan haber renunciado a la lucha armada, pero esperan que las condiciones estén dadas para poder realizarlas”, señaló a EXPRESO.
Sánchez se refirió, en específico, a que las facciones que todavía operan en distintas partes, esperan que en el país detone una situación de convulsión social, como ocurrió en Ecuador, Chile, Bolivia y otros países.
Además, señaló que hay infiltraciones en partidos políticos de exterroristas. Como ejemplo, mencionó a Guillermo Bermejo Rojas, un íntimo amigo de la ex candidata presidencial Verónika Mendoza que hoy busca ganar una curul en el Parlamento con el Partido Perú Libre, de Vladimir Cerrón.
Sobre su caso, Sánchez recordó “el atestado de la Dircote indica que él habría intentado realizar un plan para tratar de hacer un daño en la residencia de la Embajada de Estados Unidos, además de otras vinculaciones con los remanentes de Sendero Luminoso”.
Otro es el de Bobby Eddy Villarroel Medina, alias “Sacha”, quien hasta antes de su separación, el partido político Renacimiento Unido Nacional (Runa) lo iba a postular al Parlamento.
“Sacha” se encuentra actualmente detenido en el marco de las investigaciones que se le sigue en la Dircote por aparecer en una foto con los miembros de la facción “Proseguir” de SL, encabezada por Víctor Quispe Palomino, (a) “José”.
El director de la ONG Waynakuna hizo un llamado a mantener la vigilancia de cómo están desempeñándose grupos como Movadef y Fudepp, porque junto a otros colectivos nacionales e internacionales tendrán un rol importante en los próximos años.
“Realizan un trabajo invisible que tenemos que tener en cuenta. El trabajo es principalmente infiltración en la actividad política. Buscan pacientemente el estallido social como ha ocurrido en otros países para que ellos inicien sus acciones. Yo veo en la policía un adormecimiento en lo que es preventivo. Si en Perú ocurre un estallido no me cabe duda que veremos a operadores aprovechando el caos”, acotó.
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