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Los peruanos no somos ideológicamente de izquierda, apunta analista político Hugo Guerra

El periodista remarcó que “somos un país de gente pragmática, que cree en el capitalismo popular, que es de centro y de derecha”.

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Desunión del Estado favorece a la delincuencia, indica analista Hugo Guerra.
Fecha Publicación: 30/08/2024 - 02:49
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De acuerdo con la última encuesta de Datum, casi el 50% de peruanos se considera de derecha y de centro. En específico, 27% de peruanos se identifica con la derecha; mientras que el 21% hace lo propio con el centro. Solo el 13% se siente de izquierda. ¿Esta es una buena noticia de cara al 2026?

En el Perú, las ideologías no existen, pero, dentro de esta visión pragmática de la realidad, los peruanos se sitúan en el escenario político entre el centro y la derecha, que llega al 50%. Hay una desilusión natural frente al Gobierno de Pedro Castillo y a todo lo que es la izquierda en el poder.

Pero hay un 34% que no se identifica con ninguna posición política.

Ese 34% es peligroso porque es el que inclina electoralmente los comicios y es el público que pide soluciones prácticas, mano dura, y no le interesa votar por alguien que ofrezca un programa de Gobierno, sino simplemente por alguien que tenga postulados maximalistas, como el que tiene Antauro Humala, por ejemplo. Cuando la gente no tiene interés en la política y en el debate nacional, el país está en crisis.

Otra encuesta de CIT señala que el canciller Javier González-Olaechea tiene 48% de aprobación. Se está convirtiendo en una figura política importante no solamente a nivel nacional, sino en el mundo.

Esto obedece a dos cosas: la primera es que es un tecnócrata de primer nivel, que ha retomado el liderazgo de la Cancillería, y ha vuelto a posicionar al Perú en la esfera internacional, y, segundo, lo está haciendo libre de las ataduras ideológicas que marcaron a las relaciones exteriores peruanas bajo el periodo de Castillo. Lo que ha sido la cereza del pastel es la posición del canciller frente al fraude electoral en Venezuela.

Los más principistas criticaron su discurso en el Consejo Permanente de la OEA, pero estuvo bien porque le jaló las orejas a los países que blindaron al dictador Nicolás Maduro.

Fue preclaro, fue quien, con mayor precisión, advirtió lo que se venía, pues, como ya sabemos, el Tribunal Supremo de Justicia venezolano le ha dado el triunfo a Maduro, con lo cual el fraude se consolida. Javier González-Olaechea advirtió las jugadas que se venían de lo que se ha convertido en una tiranía y organizó una respuesta colectiva, que, en su momento, se frustró en la OEA. Pero ya la propia OEA, la Unión Europea, Estados Unidos, entre otros, han reaccionado exactamente dentro de la posición que el canciller peruano marcó. Eso es percibido como un éxito rotundo.

¿Podemos concluir con la encuesta de Datum que el Perú no es un país de izquierda?

El Perú no es un país ideológicamente de izquierda. Somos un país de gente pragmática que cree en el capitalismo popular, que es de centro y de derecha.

¿Se tiene que conformar una alianza que vaya del centro hacia la derecha para el 2026? Esto, porque, según estimaciones, podemos tener a 58 partidos participando en los siguientes comicios.

Debería aprobarse en el Congreso una ley que bonifique las alianzas partidarias, de forma que la plancha presidencial pueda ir en una alianza, pero que cada partido mantenga su derecho de llevar su propia lista al Congreso.

¿Una sola fórmula presidencial y cada partido con sus listas al Senado y Cámara de Diputados?

Sí, y, si eso no se puede, la unidad podría darse en un programa mínimo de Gobierno, como el respeto a los derechos humanos, respeto a la democracia, respeto a la separación de poderes, respeto al modelo económico y libre mercado, por ejemplo.

Pero, en el Perú, se sancionan las alianzas: con cada partido que se suma, se añade un punto para superar la valla electoral.

Es que nosotros estamos dentro de una realidad malsana por las reformas impuestas dictatorialmente por Martín Vizcarra y su grupo de notables. Ellos hicieron una reforma política que castiga a los partidos políticos, los penaliza, y lo que produce es una dispersión, atomizando a todas las corrientes políticas. Sin embargo, estamos a tiempo de aprobar medidas que alienten las alianzas. Con una dispersión tan grande, el próximo Congreso puede ser un desastre.

Democracia no tiene que ser boba

En una reciente entrevista que le dio Willy Ramírez, miembro del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), a Alfonso Baella, este le dijo que un partido con las siglas “Abimael” podía ser inscrito. ¿La democracia puede ser tan boba?

La democracia no tiene que ser boba. Si las siglas de un partido ponen en relieve a un asesino de policías, como es el caso de Antauro Humala, es evidente que el partido es antaurista. ¿Cómo el JNE va a poder decir que eso es legal y legítimo? Eso es no querer ver la realidad y es atentar contra la estabilidad y los principios democráticos.

Se tiene que analizar todo el contexto, no simplemente porque el partido con las siglas de Antauro presenta un papel que dice que respeta la democracia, se va a dejar de lado las declaraciones del asesino de policías, quien ha amenazado con fusilar a medio mundo.

Se está permitiendo que un subversivo, que tiene un discurso violentista y criminal, y que se pasea con arma en mano por el interior del país, pueda postular. Eso es gravísimo. Que se diga que teóricamente cualquiera podría inscribir un partido, así se llame “Abimael”, es amoral y atenta contra el concepto que tenemos de democracia y de república en el país.

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