Tras este hecho se comprobó que el Super Cracker, altamente sensible en su manipulación y peligroso por su potencia de fragmentación, es comercializado por empresas inescrupulosas que lo promocionan como un producto no controlado por Sucamec, engañando así a la sociedad.
De las 14 armas incautadas, seis pertenecen a miembros de la PNP en situación de actividad, cinco son ilegales, uno en situación irregular, uno está registrado a nombre de otra empresa de seguridad privada y una es hechiza.
La Sucamec dejó de percibir 25 millones de soles a pesar de que extendía las licencias correspondientes a los interesados civiles y a empresas del ramo.