IA revoluciona a las utilities en Hispanoamérica

Las empresas de servicios públicos en Hispanoamérica se enfrentan a una tormenta perfecta: infraestructura obsoleta, presión regulatoria, fenómenos climáticos extremos y una creciente demanda digital de los clientes. En ese escenario, la inteligencia artificial (IA) se perfila como el gran aliado estratégico capaz de transformar el sector y abrir una nueva era de eficiencia y sostenibilidad.

Consultoras globales como McKinsey respaldan esta visión. Su informe Digital Utility: New Opportunities and Challenges sostiene que las utilities que apuesten por tecnologías digitales pueden reducir sus gastos operativos en hasta un 25 % y mejorar entre un 20 % y 40 % indicadores críticos como la seguridad, la confiabilidad y la satisfacción del cliente.

Gartner, en tanto, revela un futuro inmediato marcado por la inversión. De acuerdo con su estudio 2025 CIO and Technology Executive Survey, el 94 % de los directores de información (CIO) del sector planea incrementar el gasto en IA durante 2025, con un crecimiento promedio del 38,3 %. Incluso, para 2027 se espera que cuatro de cada diez empresas operen sus salas de control con sistemas basados en inteligencia artificial.

“Lo que antes parecía un experimento tecnológico, hoy es un camino inevitable para garantizar la resiliencia de las utilities”, señala un portavoz de Open, la compañía creadora de Smartflex, una plataforma diseñada para integrar inteligencia artificial en los sistemas centrales de energía, gas y agua en América Latina.

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Smartflex ofrece un modelo disruptivo: digitalizar el 100 % de los procesos de atención al cliente, automatizar operaciones de campo y reducir hasta en un 30 % las emisiones asociadas al consumo de combustible. Todo ello bajo un enfoque que combina sostenibilidad con excelencia operativa.

Pero la innovación va más allá de la eficiencia. Los denominados agentes digitales inteligentes, incorporados en Smartflex, actúan como asistentes contextuales capaces de gestionar consultas de facturación, anomalías de consumo y solicitudes de los usuarios. El impacto es medible: reducción de hasta el 80 % en tiempos de atención posventa y un aumento significativo en la productividad del personal.

Con estos avances, la IA no solo optimiza procesos, sino que humaniza la relación entre empresas y usuarios al ofrecer interacciones personalizadas, comunicaciones proactivas sobre cortes o facturación y mayor transparencia.

La transición energética hacia modelos más limpios, impulsada por catálogos flexibles de nuevos productos, es otro frente donde la IA suma valor. “Estamos ante un punto de inflexión”, concluye el especialista. “La inteligencia artificial no es un lujo tecnológico, sino la llave que permitirá a las utilities cumplir sus compromisos de sostenibilidad y responder a las expectativas de millones de clientes en la región”.

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