Tecnología e inteligencia artificial transforman la seguridad minera

La seguridad en la minería está viviendo una transformación radical gracias al uso de tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial (IA) y los sistemas de videovigilancia inteligente. En un sector tan estratégico y desafiante como el minero, estas innovaciones no solo mejoran la protección operativa y ambiental, sino que también aseguran la continuidad de los procesos.

Actualmente, diversas operaciones en el país ya emplean soluciones como radares de largo alcance y cámaras térmicas, capaces de detectar movimientos a más de tres kilómetros, incluso en condiciones de baja visibilidad. Estos sistemas, impulsados por análisis de imagen en tiempo real, permiten anticiparse a intrusiones o comportamientos sospechosos en zonas remotas o restringidas.

“La detección temprana es fundamental. En minería, cada minuto cuenta, y estos sistemas permiten responder con eficiencia ante cualquier anomalía”, afirma Jorge Muñoz, Business Development Manager de Hikvision.

Según detalla, los avances más notables se están viendo en el mantenimiento predictivo, donde sensores de vibración y cámaras térmicas monitorean equipos críticos como las fajas transportadoras. “Así podemos identificar desviaciones o sobrecalentamientos antes de que ocurran fallos, lo que nos permite planificar mantenimientos y evitar paradas no programadas”, explica.

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La inteligencia artificial también se aplica en estaciones eléctricas, donde las cámaras térmicas detectan aumentos anómalos de temperatura y, mediante algoritmos, alertan sobre riesgos de incendio. De igual forma, los sistemas de análisis de video permiten distinguir entre actividades rutinarias y eventos potencialmente peligrosos al identificar personas o vehículos en zonas restringidas.

La tecnología también se ha convertido en una aliada para la protección ambiental. Con sensores térmicos y de composición atmosférica, se detectan fugas de gases o líquidos en tuberías, lo que ayuda a reducir riesgos y mitigar impactos al entorno.

En paralelo, la seguridad aérea también evoluciona: en zonas críticas se están incorporando sistemas antidrones que combinan detección por radiofrecuencia, sensores acústicos y análisis de video para neutralizar aparatos no autorizados.

En definitiva, la minería está dejando atrás la vigilancia reactiva para dar paso a un enfoque preventivo, basado en datos e inteligencia artificial. En un entorno donde los márgenes de error son mínimos, las soluciones inteligentes no solo protegen personas e instalaciones, sino que también optimizan los procesos y fortalecen la sostenibilidad del sector.

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