La ciencia que retrasa la vejez, según el médico David Ruiz Vela
La biología del envejecimiento, conocida como biogerontología, es la ciencia que estudia el proceso molecular del envejecimiento.
Un médico peruano ha encontrado a través de la ciencia la respuesta para llegar a una vejez más llevadera, dando oportunidades para una mejor vida y llegar a la tercera edad lleno de vida y plenitud.
El doctor David Ruiz Vela, cirujano plástico e investigador forense, ha desarrollado lo que se denomina “medicina de la longevidad”, su contribución más importante para la salud y bienestar de todos los peruanos. Y es que con este tratamiento se pueden realizar optimizaciones biológicas, metabólicas, restauradoras para, de la misma manera, optimizar la función y que la vida, a cualquier edad, sea lo más sana posible.
Desde la segunda mitad del siglo XX, la esperanza de vida ha aumentado en más de 20 años. En América, se prevé que casi el 80% de las personas nacidas hoy vivirán más de 60 años, y aproximadamente el 40% se espera que viva más de 80 años. Con esta tendencia en marcha, el concepto de democratización de la longevidad compite con el proceso de “selección natural” y pone a prueba la capacidad de protección de la inmunidad individual y poblacional a lo largo de la vida.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) realizó el seminario web “Construyendo una mejor inmunidad: Un camino hacia la longevidad saludable”. En este evento, se debatieron las implicaciones para el presente y el futuro del enfoque del curso de la vida en los campos de la medicina y la salud pública, como también para comprender mejor las aplicaciones existentes de este enfoque a los programas de inmunización de la región y del mundo.
La medicina de la longevidad
El investigador forense David Ruiz Vela ha realizado una serie de estudios en los cuales pone de manifiesto la mejor manera de retrasar la vejez, según nos ha revelado.
En la actualidad, las personas viven más años y su sistema inmunológico disminuye su eficacia. Existe una mayor vulnerabilidad a las enfermedades infecciosas, una disminución de las respuestas a la vacunación y una susceptibilidad a las enfermedades inflamatorias relacionadas con la edad.
El enfoque de la inmunización a lo largo de la vida considera la inmunidad como una característica de la salud y una capacidad evolutiva que se desarrolla dinámicamente a lo largo del tiempo y a través de las generaciones. La inmunización se centra en maximizar las trayectorias vitales saludables como objetivo, protegiendo al individuo durante las transiciones vitales importantes e identificando los momentos críticos a lo largo de la vida en los que ciertas intervenciones tienen una mayor eficacia a largo plazo.
Mediante la inmunización, la salud de los individuos puede maximizarse en cada etapa del curso de la vida, no sólo previniendo enfermedades infecciosas específicas, sino entrenando la plasticidad y la resiliencia del sistema inmunitario para desarrollar efectos positivos duraderos para los individuos. Estos beneficios individuales se acumulan para producir impactos en toda la sociedad sobre la salud y la economía, con una influencia intergeneracional. La inmunización es una intervención de salud pública (incluidas las inmunoterapias) que puede ajustarse para cerrar las brechas de inmunidad de cada grupo de edad, reduciendo así el impacto de la enfermedad y aumentando la capacidad de salud del organismo hasta muy avanzada la vida.
La biología del envejecimiento
La “medicina de la longevidad”, según explica el Dr. David Ruiz Vela, es la medicina que puede enlentecer (disminuir el ritmo de un proceso), en este caso el envejecimiento y también optimizar la salud. “Me dedico a esto en forma paralela a la cirugía plástica. Desde el siglo pasado; en todo el mundo se desarrolla activamente esta medicina y precisamente, en marzo último, se realizó un congreso mundial al respecto”.
“La biología del envejecimiento, es decir de la biogerontología, es la ciencia que estudia el proceso molecular de envejecimiento. La medicina de la longevidad está disponible para cualquier persona después de los 25 años, porque esta es la edad donde comienza la persona promedio a envejecer; no obstante, no siente ningún síntoma sino a partir de los 35 años que ya existe algún signo de vejez, en tanto el límite máximo no existe pues mientras hay motivación de querer vivir mejor y más robustamente puede servirle ese tipo de medicina”, precisa el especialista.
Agrega que en este tratamiento no existen los contras, pues todos son beneficios porque se extiende una juventud utilizando la ciencia. Recordemos que es cuando vivimos con todas nuestras capacidades que podemos ejercer más fácilmente lo que nos gusta hacer; la vejez, por el contrario, implica un deterioro progresivo de nuestras capacidades de adulto. “No existe ningún riesgo, siempre será beneficioso conocer qué indicadores y qué está dispuesto a hacer para mejorar su vida”, señala.
Ruiz Vela explica que es innegable que una persona de 60 años tiene mermada muchas de las funciones que tenía en plenitud a los 30 años. Si en el ejemplo dado a los 60 años comenzamos a optimizar las funciones biológicas y metabólicas, su edad biológica va a ir retrocediendo y es muy probable que comience a vivir, a funcionar, a moverse, vibrar como que tuviera 10 a 15 años menos. No olvidemos que es inexorable que el paso del tiempo merme todas las funciones naturales del cuerpo, y con intervenciones que necesariamente requieren alto nivel de conocimiento, previo un estudio del estado actual, se puede optimizar estas funciones sin pretender el absurdo de la vida eterna.
“La función específica que cumple la medicina de la longevidad es que la persona adulta mantenga más tiempo el mismo vigor y vitalidad que cuando estaba en la plenitud de su vida. Los tratamientos en cada persona son progresivos, las intervenciones a corto plazo tendrán resultados sutiles, los de mediano plazo mayores, pero en general, es para toda la vida porque esta persona está optimizando funciones biológicas ayudándose de lo más avanzado de la biogerontología y de aportes de varios premios Nobel de los últimos diez años”, puntualiza el doctor David Ruiz, quien indica que los objetivos son:
1) Presentar el marco biológico de la inmunidad a lo largo del curso de la vida y definir sus principios y procesos fundamentales.
2) Describir las consideraciones prácticas del enfoque del curso de la vida para integrarlo en los Programas Ampliados de Inmunización (PAI) existentes.
Congreso de medicina funcional
El Dr. Ruiz Vela nos explica qué es la medicina funcional y por qué los hábitos son la llave para alcanzar una longevidad saludable.
El primer encuentro de expertos de esta disciplina en América Latina se desarrolló en Buenos Aires. Cómo lograr el bienestar integral a través de un estilo de vida que vuelve a lo natural, con foco en la prevención.
La medicina funcional propone un abordaje integral de la salud, considerando al organismo humano como un todo, con un enfoque que le da el rol protagónico al bienestar integral y se basa en la medicina preventiva, que busca llegar a la causa raíz de la enfermedad.
Cuando hablamos de medicinal funcional estamos considerando un abordaje médico personalizado, que postula que las enfermedades y sus consecuencias no pueden pensarse como una formulación teórica, sino encarnadas en un paciente que tiene determinada historia clínica, un estilo de vida personal y un entorno social específico que lo hace único.
En el Congreso que se desarrolló en Buenos Aires “Experiencia Funcionar”, el primer encuentro de medicina funcional en América Latina, contó con expertos internacionales que invitaron a reflexionar sobre nuestros hábitos y su relación con la salud.
El Dr. David Ruiz Vela aplaudió la ponencia del doctor Lucas Ponti, dermatólogo y creador de Experiencia Funcionar, quien explicó que esta nueva mirada se diferencia de la medicina más convencional, aquella que “fragmenta” al organismo al no pensarlo como un todo y que, en muchos casos, se convierte en una disciplina orientada a tratar emergencias y mitigar enfermedades. Sin embargo, este proceso tradicional oculta muchas veces el verdadero origen del malestar del paciente, quien debe seguir protocolos establecidos que promueven la despersonalización de los hombres y las mujeres que buscan atención médica.
Por Andrés Dávila
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