Digitalización de la educación acompaña el desarrollo tecnológico de la humanidad
Después de 500 años, 300 de virreinato y 200 de república, los niños y jóvenes quechuahablantes podrán estudiar y trabajar utilizando su lengua materna, con la tecnología de la época en la que viven.
Por José Linares Gallo
Nos encontramos en la Era de la Automatización (4ta revolución industrial, iniciada el 2016), cuya principal característica es que el conocimiento se transmite y evoluciona muy rápido, lo que implica que el cambio sea permanente; de ahí que es necesario educarse a lo largo de toda la vida.
Mitchel Resnick del MIT, nos dice que, en estos tiempos, se necesita aprender a aprender, a desaprender y volver a aprender, para no frustrarse al tratar de actualizar nuestras competencias.
La educación de hoy en día en el mundo va de la mano con las características de esta nueva era en la que vivimos, pero se puede hablar de enfoques diferenciados entre la educación que se brinda en Oriente y la que se brinda en Occidente.
Mientras que en Oriente se puso énfasis en los colegios y universidades aliados a las empresas de telecomunicaciones, como Huawéi en China, en Occidente predominó la educación superior (universidades como MIT, Harvard, Stanford, Oxford, La Sorbona, etc.). también aliados a las empresas privadas de telecomunicaciones, como Google y Meta.
Sin embargo, ambos enfoques tienen un común denominador: asegurar la calidad de la educación utilizando como aliados a las empresas de telecomunicaciones privadas y públicas, según sea el caso (Huawéi en China y Google en EE. UU.).
Los resultados de la educación oriental, enfocada a la educación básica, se evidencian en la evaluación europea educativa de la OCDE, PISA, que es la más confiable del mundo, la cual el 2018 (última medición antes de la pandemia), fue encabezada por China, seguida básicamente por países asiáticos, entre los que se encuentran Taiwán, Singapur, Corea del Sur y Japón. Todos vienen utilizando al smartphone con internet como la principal herramienta de aprendizaje en sus distintos niveles. Lo que les permite que su proceso de educación básica vaya en paralelo a los avances tecnológicos, industriales y de servicios de sus países.
La calidad de la educación básica de Occidente no va al ritmo de los avances tecnológicos. Sin embargo, existe una clara diferencia con la educación superior, consolidada a través de acuerdos de la industria con las universidades. En EE.UU. las mejores universidades tienen una vinculación significativa con los esfuerzos privados y públicos. Un ejemplo claro es el acuerdo entre la NASA y el MIT, Harvard, Stanford y otras universidades que trabajan con toda la industria estadounidense y facilitan la migración de ingenieros.
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