José Sandón: «La lucha contra el bullying es un tema vertical»
Especialista en salud mental señala que el uso de la tecnología en niños debe tener una regulación de parte de los padres.
Doctor, ¿la lucha contra el bullying también se da en un espacio de la salud mental?
La salud mental es también un punto de la estrategia en la lucha contra el bullying, así debemos entender que la salud mental es vertical, es decir la salud mental no es solo de psicólogos o psiquiatras sino que la salud mental es una responsabilidad de todas aquellas personas involucradas en el ecosistema, que va a afectar en mayor o menor medida en el desarrollo psicosocial del individuo. Allí tenemos docentes, el Estado, los colegios, padres de familia, instituciones todas como ministerios y empresas.
Entonces, ¿la salud mental es parte de la estrategia frente al bullying?
La respuesta es sí, porque para poder reducir o prevenir el bullying necesitamos crear las estrategias para el autocuidado para el desarrollo de habilidades blandas, así como fortalecer la empatía y la asertividad. De esta forma debemos decir que en el bullying existen tres elementos: el agresor, la víctima y los espectadores.
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Este último, el espectador, es el punto clave en la lucha contra el bullying, ya que si el espectador refuerza el comportamiento del victimario el bullying se va a sostener, por el contrario si el espectador comunica o se pone de lado de la víctima se puede combatir el bullying por los canales de denuncia que hay en el Ministerio de Educación o directores de escuela, el bullying desaparece o este no se sostiene.
Desde ese punto de vista, ¿cómo observa el bullying en redes sociales?
A nivel de redes sociales el concepto exacto es el ciberbullying y es más complejo porque los adolescentes y los niños de 10 u 11 años manejan aplicaciones como el Discord, que es una aplicación de mensajería donde se crean avatars y hay juegos, donde se crean también nombres ficticios donde se generan imágenes sobre uno de los compañeros del colegio afectando al menor.
Los padres mejor que nadie conocen a sus hijos, si vemos que un niño deja de ser risueño o deja de ser abierto con la familia, así el niño o niña se aísla o está a la defensiva, es decir si las conductas cambian, hay un gran signo de alerta, y es allí donde no debemos caer en el error del castigo, ya que un castigo afecta al niño y se corta el diálogo con los padres, generando que el niño o niña se aísle cerrando el diálogo con los padres.
Por Vladimir Rendon Acat
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