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Jóvenes se unen por la paz, auspiciado por el periódico francés Le Journal Diplomatique

Más de 300 se congregaron en Lima.

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Fecha Publicación: 28/09/2025 - 04:07
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El pasado 26 de septiembre se llevó a cabo el Foro Mundial de Naciones Unidas por la Paz, que convocó a líderes mundiales en Lima.

Ese mismo día, decenas de expertos se reunieron en el Congreso de la República del Perú para analizar y debatir sobre distintas situaciones de la geopolítica internacional, en un evento que congregó a especialistas de diversos países iberoamericanos.

Se profundizó en los casos recientes de conflictos internacionales en los que se hace urgente actuar en defensa de la paz y del Derecho Internacional Humanitario, otorgando formación, nuevos enfoques y contenidos a los participantes y asistentes.

El origen del foro

Las razones que han motivado la realización de este foro son, sin lugar a dudas, los enfrentamientos entre Estados y el inicio de guerras, lo que se considera un desgaste emocional, financiero y de pérdidas humanas.

“Lo único que buscamos con el Foro Internacional de Naciones Unidas por la Paz es, justamente, luchar por la paz y unir voces para revertir la política de ahogamiento del presidente de Estados Unidos, que afecta a todos los países del mundo”, declaró Carlos Cuba, uno de los conferencistas de este evento.

Semblanza de una guerra

La guerra de Ucrania continúa, y Rusia y el ejército ucraniano siguen intercambiando ataques en un conflicto en el que no se vislumbra el final.

El actual conflicto bélico entre Rusia y Ucrania ha alcanzado un nivel de alta tensión entre Moscú y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), una situación que afecta no solo a la región, sino también a Estados Unidos y al resto del mundo.

En Oriente Próximo, Israel ordenó la evacuación de Ciudad de Gaza, mientras que España anunció nueve medidas contra Israel por el “genocidio” en la Franja, lo que ha elevado la tensión entre ambos países.

Al mismo tiempo, los ataques de Estados Unidos a barcos cargados con droga procedentes de Venezuela incrementaron la tensión entre ambas naciones, que se cruzan mensajes de advertencia.

Ya han pasado tres años –1,730 días– desde que Vladímir Putin ordenó bombardear Ucrania; 204 semanas de crisis y destrucción que han dejado al menos 90,000 víctimas civiles, entre muertos y heridos, y seis millones de personas refugiadas, en un país con más de 43 millones de habitantes.

Con el estruendo del primer avión ruso derribado sobre Kiev, el 24 de febrero de 2022, la invasión de Rusia –una pretendida operación relámpago– se convirtió en el mayor conflicto armado en Europa desde el final de la Segunda Guerra Mundial, y aún está lejos de terminar.

En esta guerra desencadenada en suelo europeo, hasta noviembre de 2024 el recuento de víctimas civiles ucranianas sumaba más de 30,000 muertos –1,500 niños– y cerca de 29,000 heridos –más de 2.600 niños–, según el último informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OHCHR).

En otras palabras, cada 24 horas mueren 16 civiles y 29 resultan heridos. El recuento actual es menos letal que hace un año: respecto al primer año de guerra, el número de fallecidos se ha reducido en un 78 % y el de heridos en un 52 %.

Los primeros meses de la ofensiva fueron los más mortíferos, con casi 4,200 fallecidos solo en marzo y más de 800 en abril. En el otro extremo, tras un invierno duro, con el frente congelado y escasez de armamento, los últimos meses de 2025 han registrado un menor número de víctimas mortales.

Pero, a pesar de la considerable reducción en la cifra de víctimas, los bombardeos no cesan y Ucrania –acostumbrada ya a constantes cortes de agua y energía– reclama ayuda occidental, especialmente de Estados Unidos, la cual se bloquea y se demora.

El factor Trump

En la rueda de prensa brindada el 5 de febrero por la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, América Latina fue retratada como un ejemplo exitoso de la nueva política global del presidente de Estados Unidos. Ante las críticas y muestras de escepticismo frente al anuncio de Donald Trump de que Estados Unidos “se haría cargo” de la Franja de Gaza, expulsaría a los palestinos y la transformaría en “la Riviera de Oriente Medio”, Leavitt indicó que Trump es un “visionario”. ¿La prueba? La eficacia que, en pocos días, habrían mostrado sus políticas hacia América Latina.

La portavoz afirmó que, luego de que Donald Trump amenazara a México con imponer aranceles aduaneros de 25 % a productos provenientes de ese país, la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum aceptó –al igual que Canadá– reforzar militarmente la frontera para impedir el contrabando de fentanilo. Por su parte, el gobierno venezolano liberó a ocho presos estadounidenses y aceptará deportados, mientras que el presidente Nayib Bukele ofreció su cárcel de máxima seguridad para albergar a criminales de diferentes nacionalidades.

En este contexto, en las principales ciudades de Estados Unidos se han comenzado a producir redadas y persecuciones contra latinoamericanos con el objetivo de deportarlos.

En el caso de los primeros detenidos del grupo criminal El Tren de Aragua, ya están en la prisión de Guantánamo (Cuba), que será habilitada para 30,000 emigrantes, ya que, según declaró Donald Trump, “algunos son tan malos que no confiamos en que otros países se hagan cargo de ellos”. Por su parte, Panamá prometió al secretario de Estado, Marco Rubio, que no seguirá formando parte de la Ruta de la Seda impulsada por China.

A estos “éxitos” se suma el hecho de que, siguiendo a Estados Unidos, el presidente Javier Milei retirará a Argentina del Acuerdo de París sobre cambio climático. Y, por supuesto, se añaden los logros conseguidos por Marco Rubio, quien ya anunció acuerdos de repatriación de emigrantes con Panamá, Costa Rica y Guatemala, a la vez que asistió en Panamá a la expulsión de 43 emigrantes colombianos hacia su país de origen, luego de un primer choque con el presidente Gustavo Petro.

Persecución de inmigrantes

La estrategia de Trump hacia la migración, el tema más importante de su campaña junto con la competencia con China, tiene varios ejes: las deportaciones de inmigrantes indocumentados, el control de la frontera con alta tecnología, las amenazas de elevar los aranceles aduaneros contra países que no acepten deportaciones ni colaboren en frenar a emigrantes que quieren llegar a Estados Unidos, el uso de la cárcel de Guantánamo y de otras prisiones en terceros países, y la aplicación de sanciones a las autoridades locales estadounidenses que, en las llamadas “ciudades santuario”, obstruyan las redadas contra posibles deportados. También se han congelado las solicitudes de asilo por cuatro meses, lo que va en contra de la Convención de Ginebra.

Algunas de estas medidas ya estaban vigentes y otras son más publicitarias que efectivas. Los acuerdos de repatriación entre Estados Unidos, Panamá, Colombia, Ecuador y otros países fuera del continente fueron firmados el año pasado bajo el gobierno de Joe Biden. La base de Guantánamo ha sido utilizada de forma variable tanto por gobiernos demócratas como por republicanos para detener inmigrantes, aunque Biden negó haber enviado detenidos allí. El despliegue de efectivos mexicanos en la frontera sirve a Trump como publicidad, pero no afectará al tráfico ilícito de fentanilo, que debe ser abordado desde la salud pública y la cooperación internacional entre los Estados afectados.

Sin embargo, tras alcanzar diversos acuerdos mediante el chantaje, ya se han hecho visibles los problemas. El 7 de enero, Trump afirmó en una rueda de prensa que, si fuese necesario, “usaría la fuerza” para recuperar el canal de Panamá. Este paso entre los océanos Atlántico y Pacífico fue construido y controlado por Estados Unidos, pero está bajo soberanía panameña desde el Tratado Carter-Torrijos (1977). Trump alegó, falsamente, que está controlado por China y que Estados Unidos paga tarifas excesivas por el paso de sus barcos.

Después de su visita a Panamá, el secretario de Estado, Marco Rubio, indicó en una rueda de prensa que “es absurdo que los buques de guerra estadounidenses paguen por transitar a través del canal, una zona que Estados Unidos está obligado a proteger en caso de conflicto”, según el mencionado Tratado Carter-Torrijos.

Entretanto, el Departamento de Estado anunció que el presidente panameño, José Raúl Mulino, “ya había aceptado” que los barcos del gobierno de Estados Unidos no paguen por usar el canal. Mulino declaró más tarde que se trata de una “falsedad intolerable”.

En el caso de Venezuela, la posición de Rubio es, por el momento, pragmática. Y esto despierta alarma en la oposición, que pedía “máxima presión” para un “cambio de régimen”. Trump cesó el estatus de protección temporal que había otorgado Biden a 600,000 venezolanos en Estados Unidos. Una parte de ellos será posiblemente deportada. El enviado especial de Estados Unidos, Richard Grenell, negoció con Nicolás Maduro la liberación de los ocho estadounidenses detenidos en Venezuela a cambio de que Caracas aceptara recibir deportados. Esto se acompañaría de una flexibilización de las sanciones –que reclaman empresarios venezolanos e internacionales– y un aumento de las ventas de petróleo a Estados Unidos.

El fin de USAID

Para completar la ofensiva, Trump ha cerrado –con intención de eliminarla– la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), que, según afirmó, está dirigida “por un grupo de lunáticos radicales, a los que estamos echando”.

Por su parte, el superministro del gobierno de Trump y el hombre más rico del mundo, Elon Musk, dijo que USAID es una “organización criminal” y que le ha llegado “la hora de morir». Rubio anunció que se hará cargo de USAID hasta que se revise “que sus actividades están alineadas con la visión MAGA [Make America Great Again]” y “que el dinero de los contribuyentes de Estados Unidos no sea malgastado”.

En el pasado, sin embargo, como ha mostrado la cadena CNN, Rubio había defendido “la ayuda internacional como un componente esencial de la política exterior”.

Creada en 1961 por el gobierno de John Kennedy, USAID es, junto con las políticas exteriores y de defensa, el tercer componente de la proyección internacional estadounidense, un instrumento fundamental de soft power. Criticada en muchas ocasiones, sobre todo por la izquierda de la región, por haber acompañado operaciones de contrainsurgencia (por ejemplo, en Vietnam y Guatemala), USAID desarrolla también un papel humanitario, con tareas de apoyo a campañas de vacunación, salud sexual y reproductiva, e inclusión de comunidades (por ejemplo, el capítulo indígena en el Acuerdo de Paz de Colombia de 2016 y la comunidad LGBTI+), que acaban de ser congeladas.

Rusia, Hungría y otros gobiernos autoritarios han aplaudido la medida.

De manera significativa, Nicaragua y Venezuela aprobaron la decisión: “Trump les ha cerrado el grifo a estos terroristas”, dijo el presidente nicaragüense Daniel Ortega. Y el ministro del Interior y Justicia venezolano, Diosdado Cabello, explicó que “las elecciones primarias de la oposición venezolana fueron pagadas por USAID”.

Foro mundial de naciones unidas por la paz

El Foro Mundial de Naciones Unidas por la Paz es un evento organizado por el periódico francés Le Journal Diplomatique en alianza con la Organización Democrática Mundial (ODM), el cual se llevó a cabo el 26 de septiembre en el Congreso de la República del Perú.

A través de distintos ejes transversales –como tratados internacionales, política y nuevas tecnologías, comunicación gubernamental, medios y opinión pública–, el Congreso de Perú fue epicentro de la discusión sobre las nuevas formas de liderazgo y las distintas demandas derivadas de una agenda ciudadana que, sin lugar a dudas, ha mutado a lo largo de las últimas décadas y ha puesto en tela de juicio el rol de la ONU frente a las dificultades globales.

El evento se desarrolló en dos jornadas: en el Auditorio “José Faustino Sánchez Carrión” del Congreso de la República, de 09:00 a 13:00 horas, y en el Auditorio Alberto Andrade Carmona, de 14:30 a 18:00 horas. Contó con la cobertura especial de Pluralidad Z.

Participación de los medios

El rol de la prensa en la construcción de la paz se define desde el respeto de la libertad de expresión. En este marco, Beto Díaz y Daniel Mejía Lozano –director del periódico Le Journal Diplomatique y presidente de la ODM Europa, respectivamente– fueron moderadores de esta jornada.

Candidatos presidenciales de Colombia, México y Bolivia estuvieron convocados al Foro Mundial para firmar un acuerdo de voluntades que implique una acción inmediata de la ONU para frenar el genocidio en Gaza, la guerra en Ucrania y proteger a la población migrante violentada en Estados Unidos.

El evento contó también con la presencia de Pedro Miguel Angulo Arana, ex primer ministro del Perú en el gobierno de Dina Boluarte, abogado, historiador y político peruano. Estudió Derecho, Historia y Ciencias de la Comunicación en universidades públicas del Perú, obteniendo maestría y doctorado en Derecho en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

El doctor Víctor Granados, médico estético y regenerativo, nacido en Chimbote y de 34 años, fue nominado al Premio Internacional Le Journal Diplomatique 2025.

Asimismo, participaron destacados conferencistas internacionales, como Carlos Emilio Cuba, quien disertó sobre “El arte de la comunicación es el lenguaje del liderazgo”, y Aurelia Khazan, embajadora para la paz del Círculo Universal de Embajadores de la Paz, quien dictó la conferencia “El arte tiene una fuerza inmensa para construir la paz”.

Distinguidos Participantes

En el evento participaron personalidades nacionales e internacionales, tales como la ex vicepresidenta del Perú Marisol Espinoza; el congresista Miguel Ángel Ciccia; la directora de Justicia y Paz de la ODM, Celia Rivas (quien fue la primera mujer fiscal general del Estado de Yucatán, México); y la vicepresidenta de Asuntos Exteriores de la Asamblea Nacional de Francia, Éléonore Caroit, entre otras importantes figuras internacionales.

“El Foro planteó en la agenda temas relacionados con la cooperación internacional para la paz, la agenda multilateral de la ONU y su misión institucional, el rol de la comunidad internacional frente a los conflictos geopolíticos, los ODS y su cumplimiento para la paz, los conflictos regionales de América Latina y los acuerdos comerciales internacionales para una equidad económica”, explicó Daniel Mejía Lozano, quien desde París convocó esta discusión.

No es un foro más: realmente es un espacio de diálogo y construcción con narrativas de distintas naciones y propuestas contundentes para activar los mecanismos internacionales y revivir el Derecho Internacional Humanitario.

La locura de Trump

Las órdenes ejecutivas que Trump ha firmado en los primeros días de gobierno indican que planifica tratar a sus aliados como si fuesen enemigos. Sus políticas pueden agruparse en cinco ejes, todos relacionados con América Latina:

  • Contener la migración: Washington presiona a los aliados para que cooperen frenando a los emigrantes propios y ajenos, tanto si tienen frontera común (como México) como si están más lejos (América Central y otras regiones). Busca deportar a cientos de miles de personas migrantes y pretende que terceros países, como El Salvador, encarcelen a criminales.
  • Aumentar aranceles aduaneros (con amenazas a México y a China) para equilibrar la balanza comercial.
  • Posicionarse en la confrontación con China en términos de tecnología, comercio, acceso a recursos primarios (minerales), mercados y rutas navieras (como el canal de Panamá).
  • Cobrar a los aliados que quieran tener tropas de Estados Unidos en su territorio. Esta medida afectará a Corea del Sur y podría usarse como presión contra los aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
  • Debilitar el sistema multilateral y comercial, en favor de un mundo sin reglas, animando a otros gobiernos a seguir el mismo camino.
  • Cierre de fronteras y deportaciones. Entre las primeras medidas vinculadas con la migración, Trump congeló las solicitudes de asilo durante cuatro meses, en contra de los criterios establecidos por la Convención de Ginebra (1949), y reimpuso la norma de “permanecer en México” para los solicitantes de asilo, que ahora deberán esperar en condiciones de alta inseguridad la decisión de las autoridades estadounidenses. Además, desde enero de 2025, la ciudadanía por derecho de nacimiento en el territorio de Estados Unidos quedó anulada, una medida inconstitucional que viola la Enmienda 14ª de la Constitución y que acaba de ser bloqueada por un juez.

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