‘Monstruo del Garrote’, el asesino serial que operaba en Huaral
Domingo Norabuena Espíndola se convirtió en el rostro del terror con un macabro patrón de asesinatos nocturnos, ocurridos en Huaral en 2017.
El término “asesino en serie” fue presumiblemente acuñado por el agente Robert Ressler en los años 1970. La expresión asesino en serie entró al lenguaje popular en gran parte debido a la publicidad que se dio a los crímenes de Ted Bundy y David Berkowitz (“El hijo de Sam”), a mediados de esa década. Aunque una de las primeras veces que se usó ese concepto fue con el “asesino de los torsos” de Cleveland.
El término permite a los criminalistas y criminólogos distinguir a aquellos delincuentes, que matan a varias personas en un largo período.
Asesinos seriales en la historia
A pesar de que la existencia de asesinos múltiples es generalmente considerada un fenómeno contemporáneo, puede ser detectado a través de la historia, no obstante, con cierto límite de precisión.
En el siglo XV, uno de los nobles más ricos en Francia, Gilles de Rais, secuestró, violó y asesinó al menos un centenar de niños y muchachos. La aristócrata húngara Isabel Báthory fue arrestada en 1610, y subsecuentemente acusada de torturar y matar hasta a seiscientas jovencitas; ella misma consignó en su diario todos sus asesinatos. Estos son solo alguno de los casos.
Un asesino en serie es alguien que comete tres o más asesinatos durante un extenso período con un lapso de enfriamiento entre cada crimen. En medio de sus delitos, ellos parecen bastante normales, una condición que Hervey Cleckley y Robert Hare llaman “máscara de cordura”. A menudo existe (pero no siempre) un elemento sexual en este tipo de asesinos.
Los asesinos en serie frecuentemente tienen impulsos extremadamente sádicos. Estos anulan la capacidad de sentir empatía por el sufrimiento de otros, de esta manera, son frecuentemente llamados psicópatas o sociópatas, términos que han sido renombrados por psicólogos como trastorno de personalidad antisocial. Algunos asesinos en serie hacen uso de la lujuria y la tortura para obtener placer sexual por mutilación de la víctima y también de matarla lentamente por un prolongado lapso de tiempo.
Muchos expertos han afirmado que una vez que el asesino en serie comienza con sus actos delictivos no puede parar (o solo en contadas veces). Algunos sostienen la opinión de que aquellos que no son capaces de controlar sus impulsos homicidas son más fáciles de atrapar.
Crímenes en Huaral
La tranquilidad de toda una comunidad se vio aterrada luego de darse a conocer una serie de crímenes sin razón lógica que estaban ocurriendo en la campiña de Huaral, lo que volvió a mantener en vilo a la población que acababa de superar una serie de crímenes que asolaron en este campo de agricultores 17 años antes.
Habían pasado 17 años desde que capturaron a Pedro Pablo Nakada, el “Apóstol de la muerte”, en Huaral. A él se le considera uno de los asesinos seriales más peligrosos del país con 25 víctimas en su haber. Sin embargo, nadie esperaba que el terror regresaría a esa región del norte de Lima, esta vez de la mano de Domingo Norabuena Espíndola, el “Monstruo del garrote”.
El monstruo de Huaral
A Domingo Norabuena se le atribuye al menos 15 asesinatos luego de que se le capturara e investigara. Sin embargo, al inicio solo había confesado cinco de ellos. Desde el año 2018 viene pasando sus días en la cárcel.
Sin embargo, la mototaxi es de gran importancia en este caso, fue en ese vehículo donde comenzó su carrera de asesino. Agarraba a personas ebrias que estaban fuera de fiestas o discotecas y las hacía abordar. Luego de robarles sus pertenencias, agarraba un garrote, ya sea de metal o madera, para matarlos y tirar sus cuerpos a un canal de regadío.
Según lo descrito por el mismo Norabuena cuando lo capturaron, detalló que únicamente asesinó a cinco personas durante su tiempo activo. La Policía verificó lo contado por el asesino y las denuncias corresponden al fallecimiento de Manuel Andrés Rojas de la Cruz (46), Teófilo Nieto Mendoza (55), Sergio Hugo Chirito Rosales (44), Eusebio Brandan Ulloa (55) y Marianella Jessica Moya Calderón (35).
Un año después, desde el 30 de enero de 2018, el Servicio de Inteligencia empezó a seguir los pasos del asesino. No fue hasta el 18 de marzo que la Policía Nacional logró capturarlo. Para ello, ya habían investigado la placa de la mototaxi y realizaron un operativo para agarrarlo in fraganti.
Domingo Norabuena, cuando se encontraba en una zona alejada de Huaral, recogió a Victoriano Parisca en un mercado. No obstante, los agentes, que ya lo estaban siguiendo en una moto lineal, lograron intervenirlo antes de que vuelva a cometer un nuevo asesinato.
En su perfil psicológico se le atribuyó que era “emocionalmente hostil, agresivo e impulsivo. De temperamento fuerte, insensato y temerario cuando se trata de alcanzar objetivos indeseables. No posee sensibilidad hacia la vida humana”. Actualmente, está pasando una condena de 35 años por los asesinatos cometidos.
El rostro del terror
Domingo Norabuena Espíndola se convirtió en el rostro del terror en Huaral con su macabro patrón de asesinatos nocturnos. En el año 2017, Huaral se despertaba diariamente con un sentimiento de miedo constante. En las áreas descampadas, aparecían cadáveres con signos de un macabro patrón, todos firmados por un mismo ejecutor. Este ciclo de terror fue instaurado por el ‘Monstruo del garrote’, identificado como Domingo Norabuena Espíndola. Acusado de 15 crímenes, su fría confesión solo admitió culpa en cinco de ellos. Su captura se produjo en un momento crítico, justo antes de que pudiera asesinar a garrotazos a una nueva víctima, por lo que dejó a toda una provincia con el aliento contenido.
A Norabuena se le atribuye al menos 15 asesinatos luego de que se le capturara e investigara. Sin embargo, al inicio solo había confesado cinco de ellos. Desde el año 2018 viene pasando sus días en la cárcel.
Domingo Norabuena Espíndola, el asesino serial más peligroso del país, operó con su mototaxi durante las noches, razón por la cual sembró el terror por las calles de Huaral. La precisión de sus ataques y su método brutal reflejaban una mente fría y calculadora. Psicólogos criminales observan en él una personalidad psicopática severa, marcada por la manipulación y una desconexión emocional profunda. En esta investigación, nos adentramos en los oscuros pensamientos que motivaban al ‘Monstruo del garrote’, entender los factores psicológicos que construyeron al más temido asesino en serie de Huaral y el enigma que rodea su perturbadora mente.
El ‘monstruo del garrote’
Domingo Norabuena Espíndola nació en Recuay, provincia de Ancash, en un entorno familiar marcado por la violencia. Según su declaración al Ministerio Público, su padre abusaba física y sexualmente de él, dejándole cicatrices por todo el cuerpo, incluida una marcada en la oreja izquierda. Su madre también le brindaba un trato hostil, lo que dejó profundas secuelas en su vida. Años después, se mudó al fundo Los Huertos en Huaral, donde formó una familia y se dedicó a la agricultura y otro tipo de trabajos.
En Huaral, adquirió una mototaxi que utilizaba para trabajar durante las noches, lo que lo llevó a ganar dinero extra. Sin embargo, este mismo vehículo se convirtió en su herramienta criminal para llevar a cabo una serie de asesinatos. Utilizaba la mototaxi para emboscar a sus víctimas en la oscuridad, sembrando el pánico en la comunidad. La combinación de sus traumas infantiles y la violencia que perpetuó en su vida adulta formaron el perfil perturbador del asesino serial más infame del país.
Cómo conseguía a sus víctimas
El “Monstruo del garrote” en Huaral utilizaba servicios de mototaxi para recoger a sus víctimas, principalmente a la salida de bares, discotecas o fiestas patronales. Prefería transportar a personas en (estado de ebriedad) o bajo el efecto de otras sustancias, lo que facilitaba su sometimiento. Las cámaras de seguridad documentaron estos patrones de comportamiento.
Uno de los casos más impactantes fue el de Teófilo Nieto, quien salió de un bar y negoció con Norabuena para que lo llevara a casa. La negociación no prosperó y Nieto decidió irse por su cuenta, pero fue seguido por Norabuena hasta que horas después su cuerpo fue hallado en un canal de regadío con una herida profunda en la cabeza.
En otro incidente en 2017, Eduardo Carrasco y su esposa Jessica Moya tomaron la mototaxi de Norabuena tras celebrar el aniversario de su trabajo. Durante el trayecto, Carrasco quedó inconsciente a causa de un fuerte dolor en la cabeza. Al despertar, se encontraba en un canal de regadío junto al cadáver de su esposa, convirtiéndose en el único sobreviviente conocido del “Monstruo del garrote”.
Perfil psicológico
A los 57 años, Domingo Norabuena Espíndola finalmente fue capturado y sometido a un exhaustivo “examen psicológico”. Los resultados del análisis desvelaron un perfil perturbador: hostilidad emocional, agresividad e impulsividad marcaban su comportamiento. Descrito como un individuo de temperamento fuerte e inestable, se mostraba temerario cuando se trataba de alcanzar sus objetivos, sin demostrar la más mínima sensibilidad hacia la vida humana.
Hoy, Norabuena purga una condena de 35 años por los múltiples asesinatos que cometió. Su perfil psicológico no deja dudas sobre la peligrosidad y la frialdad con las que actuaba, características que lo llevaron a convertirse en uno de los criminales más temidos de Huaral.
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