No toda la frontera con Ecuador está protegida del hampa
Gobierno confía impedir el anunciado ingreso de Fito y otros delincuentes terroristas.
A lo largo de 7 mil kilómetros de frontera que tiene el Perú, existen localidades a las que no llegó el Estado. La más extensa es con Brasil 2,822 kms, le sigue Ecuador 1,529 kms, Colombia 1,506, Bolivia 1,047 y Chile 169 kms.
La frontera con el vecino país del norte, Ecuador, es la segunda más extensa y donde el Gobierno de Dina Boluarte envió a medio millar de efectivos. La legión de policías y militares deberá patrullar apenas 156 kilómetros de la línea que separa al departamento de Tumbes de la región fronteriza ecuatoriana.
Se asegura que esa es la única zona factible de ingresar al Perú. El resto es vegetación agreste con empinados cerros. En la zona elegida se espera frenar a los delincuentes terroristas que lo intenten y, en especial, al fugitivo Adolfo Macías Villamar (a) Fito, cabecilla de Los Choneros.
El propio avezado delincuente dijo que por ahora quiere evitar su captura en Ecuador porque le aplicarán todo el rigor de las leyes de esa nación. El sanguinario delincuente, a quien se vincula con el Cartel de Sinaloa, logró escapar el pasado domingo de la cárcel de Guayaquil.
Piura y Cajamarca
Otros departamentos peruanos que limitan con Ecuador son Piura y Cajamarca, ambos fuertemente resguardados. No debería descartarse la zona que separa a Perú de Colombia.
Una puerta abierta
Se ha hablado con frecuencia que la militarización no detiene los flujos migratorios internos, producidos por causas endémicas como la pobreza, violencia y conflictos armados. Pero no se asegura lo mismo cuando se trata de ingresos ilegales de extranjeros por fronteras abandonadas en el tiempo.
La Ley de Migraciones y la Política Nacional Migratoria fueron blandas desde su inicio, no obstante, frecuentes modificaciones en la última década. Los ingresos irregulares no fueron debidamente sancionados y, por el contrario, ampararon la ilegalidad al disponer la no criminalización para el migrante.
El caso del éxodo masivo de venezolanos que huyeron de la tiranía de Chávez y Maduro, tampoco cambió la actitud de nuestros gobiernos. Por el contrario, muy complacientes acentuando el principio de la hospitalidad al migrante.
Ahora, otra etapa de prueba, y aunque parezca una lección aprendida, habrá que esperar que Fito no burle la sentencia presidencial: "Ningún terrorista entrará al Perú por la frontera norte".
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