Papa León XIV rememora su misión en Perú y llama a la unidad
Durante su intervención, el pontífice remarcó la importancia de construir comunidad desde lo cotidiano.
El papa León XIV pidió este sábado a los miembros de la curia romana y a los trabajadores del Vaticano ejercer sus labores sin prejuicios y con sentido del humor, al tiempo que rememoró su experiencia como misionero en el Perú, país que —según afirmó— moldeó profundamente su vocación pastoral.
“Como religioso agustino fui misionero en el Perú, y entre el pueblo peruano maduró mi vocación pastoral. ¡Nunca podré agradecerle lo suficiente al Señor por este regalo!”, expresó el pontífice ante los empleados vaticanos y sus familias congregados en el aula Pablo VI.
León XIV —elegido sucesor del apóstol Pedro el pasado 8 de mayo— centró su intervención en el agradecimiento y evitó discursos programáticos.
“No era momento de hacer discursos programáticos, sino más bien una ocasión de agradecer el trabajo que hacen”, declaró al iniciar su mensaje.
La audiencia, marcada por un tono cercano y cálido, sirvió como espacio para que el papa rememorara los años que pasó en la diócesis de Chiclayo, al norte del Perú.
“Sí, como sabéis, llegué hace sólo dos años, cuando el amado papa Francisco me nombró prefecto del Dicasterio para los Obispos. Así que dejé la diócesis de Chiclayo, Perú, y vine a trabajar aquí. ¡Qué cambio! Y ahora [...] ¿Qué puedo decir?”, reflexionó, entre sonrisas, el pontífice.
León XIV también exhortó a los presentes a vivir su fe desde la cotidianidad y el testimonio concreto en el ámbito laboral.
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“Cada uno puede ser constructor de unidad con su actitud hacia los compañeros, superando las inevitables incomprensiones con paciencia y humildad, poniéndose en el lugar del otro”, afirmó.
Y añadió con énfasis: “Eviten prejuicios y también trabajen con una buena dosis de humor, como nos enseñó el papa Francisco”.
Durante la audiencia, el líder de la Iglesia Católica recordó que el llamado a servir en Roma fue una misión inesperada que compartió con la curia en los últimos años.
“Y sigo y seguiré, mientras Dios quiera, en este servicio que me ha sido confiado”, manifestó.
Humor y cercanía en el cierre
Finalmente, León XIV instó a los trabajadores a buscar juntos una Iglesia misionera, capaz de dialogar y de acoger con brazos abiertos.
“Una Iglesia que construye puentes, dialoga, siempre abierta a acoger con los brazos abiertos a todos, a todos aquellos que necesitan de nuestra caridad, de nuestra presencia, de nuestro diálogo y de nuestro amor”, expresó con claridad.
El pontífice fue recibido entre aplausos prolongados que él mismo, con tono jocoso, interrumpió con una broma: “Si los aplausos son más largos que el discurso, entonces tendré que hacer un discurso más largo. Tened cuidado”.
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