El Gobierno promueve la inseguridad ciudadana
Cada año se cometen cerca de 1,300 homicidios. Lejos de atender los altos índices de criminalidad, jefe de Estado usa al Mininter y a la PNP para obstruir a la justicia e impedir que lo investiguen.
Por Fidel Quevedo
El Perú se aproxima a batir su récord en defunciones violentas, producto del disparo de las tasas de delincuencia, principal perjuicio que ataca a la sociedad peruana, ahora no solo contra las poblaciones más humildes, localizadas en la periferia de la capital, sino en todas las zonas urbanas, en Lima y en el interior del país.
Según el cruce de indicadores de violencia de instituciones como el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), o el Sistema Informático Nacional de Defunciones (Sinadef), herramienta que permite obtener de manera objetiva el número más preciso de defunciones en el país, se obtiene la monstruosa cifra de cuatro muertes violentas por día. Es decir que, desde el 2017, el promedio de homicidios registrados en el país es de cerca de 1,300 al año.
Pero el detalle más espeluznante es que dicha tendencia va en aumento, cuando aún falta poco más de 3 meses para acabar el año.
Los robos al paso, asaltos a mano armada, ataques contra el honor sexual, extorsiones y demás, se multiplican en forma descontrolada como consecuencia de la crisis económica y la falta de atención policial oportuna, que revela una política de seguridad ciudadana, prácticamente inexistente.
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La causa del relajamiento del sistema que brinde seguridad y justicia a la población es producto de la peor gestión de gobierno en la historia del Perú: en catorce meses de administración del Ejecutivo, siete ministros del Interior fueron cambiados, lo que origina una clamorosa falta de continuidad e inexistencia de ejecución de políticas adecuadas.
Según los analistas, por el contrario, el gobierno de Pedro Castillo destruye la institucionalidad (atacando expresamente al sistema, en el caso de Harvey Colchado, por ejemplo), e intentando utilizar al Ministerio del Interior y a la PNP como herramienta de obstrucción a la justicia, la misma que opera hoy en función de investigar los seis expedientes fiscales que involucran el actual mandatario, por dirigir —presuntamente—, desde Palacio de Gobierno, una red criminal.
DESTRUCCIÓN DE LA PNP
Para el exministro del Interior y general PNP en retiro Remigio Hernani, Castillo no quiere el desarrollo de la Policía, sino todo lo contrario.
"Se aprecia un ataque sistemático contra la institución. Pero el origen de este desastre, se inicia con las maniobras que ha hecho este sinvergüenza de Vladimir Cerrón. Gracias a él, tenemos este tipo de presidente. También gracias a los caviares, tenemos a este personaje, ahorita, en el sillón de Pizarro. Y ahora el Congreso es el principal responsable por sostenerlo allí, a sabiendas que está destruyendo al país, además de hacernos quedar, a nivel internacional, por las patas de los caballos", sostiene.
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