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Fenómeno El Niño y el agro están a la deriva: se desembolsa cerca de S/ 1,000 millones a la ANA

Hay que tomar medidas urgentes, plantea Pablo Araníbar Osorio, experto en infraestructura agraria y riego.

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Fenómeno El Niño y el agro están a la deriva: se desembolsa cerca de S/ 1,000 millones a la ANA.
Fecha Publicación: 16/06/2023 - 23:00
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Esta conversación con el experto en infraestructura hidráulica y exviceministro de Agricultura, Pablo Araníbar Osorio, tuvo lugar antes de la promulgación, ayer, del Decreto de Urgencia N.º 015-2023 por el cual se transfiere a la ANA un monto de S/ 975’851,279.00 para ejecutar actividades de limpieza y descolmatación en los cauces de ríos y quebradas; elaborar expedientes técnicos y ejecutar intervenciones para la implementación de estructuras de contención en quebradas; adquirir maquinarias, vehículos, etc., etc.

La comunidad agrarista espera que las garras de la corrupción no se parapeten tras estos recursos. Sin embargo, esta conversación da pautas clave para solucionar el problema agrario en general y afrontar el Fenómeno El Niño en particular.

Ante el inminente Fenómeno El Niño que vamos a enfrentar, ¿cuáles serían las medidas urgentes que se deben considerar?

Las medidas preventivas en el sector siempre son urgentes ante los riesgos inminentes, lamentablemente esas medidas deben ser acciones dentro de la planificación anualizada a razón de que aseguran los activos estratégicos y medios de producción. En esta etapa de prevención, se debe aplicar la modelación hidráulica que nos permita adelantar, con mayor precisión, la gestión de riesgos. La Autoridad Nacional del Agua (ANA) debe generar un sistema georreferenciado de los puntos críticos de los embalses de los cauces de cuerpos de agua y, con base en ello, realizar evaluaciones sincrónicas, en tiempo real, de la dinámica de esos puntos críticos y de otros que se presentarán.

Obvio que se debe considerar las posibles afectaciones a los activos estratégicos como bocatomas, canales principales y sus derivados y en general la infraestructura de riego.
Paralelamente, proceder con las operaciones de descolmatación de ríos, canales de riego y de la infraestructura de drenaje existente.

Es de vital importancia establecer una Mesa de Coordinación de Acciones Inmediatas con los gobiernos regionales (Gores) y gobiernos locales, esto con presencia de Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) a través de la ANA y entidades como el Programa Subsectorial de Irrigaciones (PSI), Agro Rural, Juntas de Usuarios del Agua y los proyectos especiales. El trabajo articulado asegura lo que se llama las sinergias y gobernanza local y sectorial. Asimismo, establecer una Mesa de Trabajo Conjunto con las empresas privadas para agenciar maquinaria (excavadoras, cargadores frontales, volquetes roqueros, entre otros) y equipos (bombas para lodos, por ejemplo).

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Hay que tener en cuenta que el actual descenso de la producción agrícola ha caído a un nivel similar al año 1992, lo que pone en riesgo el acceso a alimentos, especialmente para las poblaciones más vulnerables.

Es previsible que habrá pues menor producción por la afectación de clima y la eventual destrucción de parte de la infraestructura hidráulica de riego. Si el volumen de toneladas de frutales iba a crecer en 13%, ahora llegará a 8 o 10%, son los cálculos de los gremios empresariales.

Y en cuanto a la población, ¿qué recomienda?

Sobre todo, es necesario que la autoridad del ministerio asuma un rol activo y mantenga informada a la población a través de las autoridades locales, líderes comunales y de organizaciones de productores; la confianza se construye con presencia constante, trabajo efectivo y un liderazgo pedagógico, que evidencien que el compromiso es de todos.

Dada su experiencia en el sector, ¿cuál es su análisis sobre el estado situacional del Midagri?

El sector agricultura afronta desde hace más de dos décadas un proceso continuo y, lamentablemente, crónico de desinstitucionalización. Esta situación se ha revelado e intensificado en los últimos dos años y medio con la presencia de la pandemia covid-19 que impactó en las cadenas de suministros a nivel mundial; sumándose la crisis climática y la guerra entre Rusia y Ucrania que ha afectado el comercio internacional de cereales, petróleo y fertilizantes. Cascada de eventos que, a nivel mundial, ha causado un incremento de los niveles de inflación que se cargan hacia alimentos y energía.

En el Perú se suman la inestabilidad política y social, presencia de lluvias e inundaciones en el norte, sequía en el sur del país y la influenza aviar que nos está desencadenando una inflación acumulada de alimentos y bebidas del orden del 20% en los últimos dos años, generando un aumento sostenido en los precios de los alimentos.

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