Keiko Fujimori ganó con sus propuestas
Al líder izquierdista se le salió el fustán estatista y controlista cuando afirmó que es el Estado el que debe controlar a la población y a los mercados. Cierra la posibilidad de explotar Conga y Tía María y ofrece crear un programa “Barriga llena, corazón contento”.
POR PASCUAL FRETEL/ ANTHONY REQUENA
En medio de una tremenda expectativa porque está de por medio el futuro del Perú y de sus hijos, se llevó adelante ayer, en Arequipa, el debate de los candidatos presidenciales Keiko Fujimori, de Fuerza Popular, y Pedro Castillo, de Perú Libre. Pero fue el Jurado Nacional de Elecciones el que generó muchos contratiempos.
Desde el arranque de la contienda, Castillo Terrones dejó de lado las propuestas de su ideario o programa presentado ante el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) al señalar en el primero de los seis bloques –el Perú del Bicentenario- que la propiedad privada será cautelada e incluso apareció como un devoto de Dios alejado del credo marxista leninista mariateguista.
“Trabajaremos de mano con las empresas privadas”, reiteró al tratar el tema Salud y manejo de la pandemia, sin tocar temas sensibles como la asamblea constituyente y la nueva constitución, la desaparición de las Asociaciones de Fondos Privados de Pensiones (AFP) o la nacionalización de las firmas mineras, gasíferas y petroleras.
Su rival Fujimori, si bien lanzó sus pullas desde los primeros segundos de su intervención, al denunciar la violencia a su arribo de este sábado a la Ciudad Blanca, con palabras duras como que “usted está acostumbrado a tirar piedras”; sin embargo, a lo largo de la polémica privilegió el desarrollo de “propuestas para sacar adelante al país”.
Mientras esta fue la tónica de la lideresa naranja, las intervenciones del hombre del Lápiz fueron más por el lado de las explicaciones y salidas de tipo estructural, como en su enfoque en el citado tema de la salud, que considera producto de una crisis generalizada, que la pandemia ha puesto aún más al descubierto.
Con una mirada al pasado, el régimen de Alberto Fujimori en los años noventa del siglo veinte y la presencia de una mayoría parlamentaria fujimorista en el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski, fueron puestos como responsables principales de esta crisis histórica.
Fujimori aterrizó más en el presente, con sus consabidas propuestas y aclaraciones en el sentido de que lo de su padre es un asunto de hace más de 20 años y que el Congreso no tiene facultades de gasto porque esta es función del Ejecutivo.
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