La venganza contra la “mafia” de Palacio

Por Plinio Esquinarila

Horas antes del Año Nuevo 2022, Bruno Pacheco estaba postrado en la clínica Guadalupe del Cercado de Lima. El ex secretario general de Palacio de Gobierno era consciente de que su vida corría peligro por lo que había declarado la lobista Karelim López en ese año viejo que concluía. Además, en su familia decían que su dolencia del cáncer se habría agravado al esconderse de las autoridades que ya estaban tras sus pasos.

"Estoy cag... y estresado por esta situación. Soy diabético e hipertenso y estoy con el colesterol altísimo. Y tengo problemas urinarios", habría dicho a los agentes policiales del Equipo Especial de Fiscales contra la Corrupción en el Poder, antes de entregarse, señaló el portal Infobae.

Antes de estas lamentaciones Pacheco, desde la clandestinidad, había recibido a un sobrino y probable emisario de la primera dama Lilia Paredes, Rudbel Oblitas Paredes, un investigado por el caso Puente Tarata, quien lo puso al tanto de dos envíos de dinero en su favor que hacían un total de 20 mil soles.

En el cruce de información Pacheco aceptó que le habían entregado dos remesas, uno de tres mil y otra de cuatro mil soles, y de seguro dedujo que en el camino se quedaron nada menos que con 13 mil soles.

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Como el ex brazo derecho del presidente Pedro Castillo, antes de renunciar, el 23 de noviembre de 2021, selló el compromiso de que recibiría ayuda del más alto nivel para su defensa, sus hijas y su esposa, este cruce de información le habría sabido a chicharrón de sebo.

Aquel era un acuerdo para guardar silencio sobre la trama de corrupción que partía desde la misma Casa de Gobierno y que ahora la denuncia constitucional de la fiscal de la Nación, Patricia Benavides, la ha calificado como "organización criminal".

Pacheco recordó en ese diálogo con Rudbel que el subsecretario de Palacio, Beder Camacho Gadea, tenía indicaciones de Lilia Paredes, desde diciembre del año pasado, "para que esté al tanto sobre el paradero de Arnulfo Bruno Pacheco Castillo y que lo cuide".

En cambio, el énfasis de su esposo sobre ese cuidado iba por el lado de "evitar que [Pacheco] se apersone a las autoridades", según la Fiscalía.

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