Negligencia diplomática en la frontera

Como si no tuviéramos suficiente con la crisis social en Puno, los eventos naturales en el norte o las pullas entre agrupaciones políticas, un nuevo problema se suma al momento que vive el Perú: el tema fronterizo que ha llevado a las cancillerías peruanas y chilenas a mirarse con recelo.

Las declaraciones del alcalde de Tacna, Pascual Güisa, respecto a la crisis por la presencia de migrantes venezolanos, colombianos y haitianos en la zona fronteriza, fue la chispa que encendió la pradera.

"No debemos permitir que un innombrable, y discúlpeme pueblo chileno, irresponsable, como su presidente, esté trasladando los problemas a la frontera", dijo Güisa a la cadena CNN. Esto generó la molestia de La Moneda y por ese motivo el canciller Alberto van Klaveren citó al embajador de Perú en Chile.

La cancillería peruana no tardó en responder y convocó al embajador de Chile en el Perú para "expresarle su protesta por la falta de colaboración mostrada por las autoridades policiales chilenas", ante la situación migratoria que ocurre en la frontera entre ambos países.

De allí en adelante, el problema con los ciudadanos extranjeros que se encuentran varados en nuestra frontera sur ha pasado a un segundo plano. El Estado peruano decidió reforzar el control fronterizo mientras se conforma un equipo de trabajo bilateral Perú-Chile.

Negligencia diplomática

Para el excanciller Luis Gonzales Posada, la crisis de migrantes venezolanos, varados desde hace quince días en la frontera peruano-chilena, proyecta una lamentable negligencia diplomática de ambas cancillerías, que desde un primer momento debieron coordinar -con sus órganos de migración y con la Agencia de las Naciones Unidas para las Migraciones (ACNUR)- medidas urgentes para solucionar el grave problema humanitario.

"No lo hicieron y esa inercia ha maltratado la imagen de los dos gobiernos ante la comunidad internacional y ha provocado fricciones bilaterales", sostuvo para EXPRESO.

Manifestó que lo primero que debió hacerse es solicitar al régimen venezolano el envío de aviones a los aeropuertos de Tacna y Arica para recoger a sus compatriotas varados en la línea de frontera. En ese sentido, recordó que el presidente Maduro se comprometió a trasladarlos a su país en el llamado plan 'Retorno a la Patria'. "Ahora debe cumplir su ofrecimiento", puntualizó.

De otra parte consideró inconsistente la propuesta de un “corredor humanitario”, que tendría 2 mil 500 kilómetros de distancia entre Tacna y Tumbes y de ahí miles de kilómetros más hasta llegar a Venezuela.

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"Hacerlo es imposible logísticamente porque en las caravanas hay mujeres gestantes, ancianos y niños, algunos enfermos y deshidratados, que no podrían soportar esa larga ruta y que, además, necesitaría el acompañamiento de unidades policiales por razones de seguridad y también de personal médico", expresó.

Gonzales Posada dijo que toda esa gente (los migrantes) se encuentra en el limbo, abandonada, errante en el desierto, sin comida ni atención sanitaria, lo que atenta contra los más elementales principios humanitarios. “Los chilenos no los quieren en su país, los peruanos tampoco y Venezuela no dice una sola palabra”, expresó.

Agregó que la solución a la crisis fronteriza no es disparar a los ingresantes, ni cruzarse de brazos, menos que entre las cancillerías de Perú y Chile se responsabilicen de la crisis, peor aún que intervengan los jefes de Estado. "Lo que está sucediendo es inaceptable entre dos naciones fronterizas que además integran la Alianza del Pacífico y otros organismos internacionales".

Por Martín Rodríguez

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