«La debilidad del gobierno de Dina Boluarte genera que crezcamos poco», sentencia exdirector del BCR, Elmer Cuba

¿Este año tendremos crecimiento económico o solo es un rebote tras la caída del 2023?

Sí, en verdad es un rebote. El año 2023 se vio significativamente afectado por un severo fenómeno El Niño, lo que provocó una notable disminución en los sectores agrícola y pesquero.

Si bien es cierto que la ausencia de precipitaciones en Piura no implica la inexistencia de El Niño, este fenómeno se manifestó durante la mayor parte del año, ocasionando un impacto negativo en la economía.

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Tras la disipación del fenómeno El Niño, se ha observado una notable recuperación económica, particularmente en los sectores agrícola y pesquero. En términos generales, la economía peruana está experimentando una recuperación moderada durante el 2024, comparado con el contexto adverso del 2023 donde sí hubo El Niño.

¿Es un crecimiento suficiente?

No, es un rebote tímido. En Macroconsult estimamos un crecimiento del 2.7% para el 2024, cifra inferior a la proyección oficial del gobierno del 3%. Al considerar que el primer trimestre ha registrado un crecimiento de solo 1.4%, para alcanzar el 2.7% anual, el resto del año deberá presentar un crecimiento superior al 3%. Sin embargo, debido al bajo desempeño del primer trimestre, el promedio anual se ubicará por debajo del 3%. Es importante recordar que la economía experimentó una contracción en marzo, lo que afectó el desempeño general del primer trimestre. A partir de abril, se espera que todos los meses restantes del año presenten un crecimiento positivo.

¿Hablamos de un crecimiento mediocre?

Es un rebote. No lo denominaría crecimiento, ya que solo se está recuperando lo que se dejó de producir durante el año anterior.

Con este crecimiento, ¿se puede reducir la pobreza este año?

Sí se podrá reducir la pobreza. Esto se debe a que la población pobre está cerca del límite de pobreza, por lo que un repunte económico, aunque sea débil, puede tener un impacto positivo en su situación. Adicionalmente, la reducción de la inflación, particularmente en el sector alimentario, también contribuye a disminuir la pobreza.

En este caso, la inflación de alimentos ha experimentado una caída significativa, ubicándose en 0.9% anual, en comparación con niveles anteriores de 12% y 14% anual. Esta disminución ayuda a contener el aumento del umbral de pobreza, lo que a su vez facilita la salida de las personas de esta condición.

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