2022: la caja de Pandora
Zeus -el dios de los dioses del Olimpo griego- le entrega a Pandora una caja para que se la lleve a Epimeteo. Dentro de ella se encontraban todos los males existentes. Sólo le puso una condición: no abrirla bajo ninguna circunstancia.
Pandora no resistió la curiosidad y la abrió, liberándose, al instante, todos los males que fueron a alojarse en el género humano. Asustada por la avalancha cerró la caja, quedando en ella únicamente la esperanza. Desde esos míticos días y hasta hoy, abrir la caja de Pandora significa enfrentarse al misterio y la maldad y, de otro lado, aceptar que lo último que se pierde es la esperanza.
A quienes vivimos casi permanentemente bajo un cielo gris como el de Lima, nos alecciona una frase de Marcel Proust: trata de mantener siempre un trozo de cielo azul encima de la cabeza. Y para quienes luchan –quién no lo hace- está la frase de Cortázar que es como un monumento de granito: la esperanza es la vida misma defendiéndose.
Tenemos en lo más profundo de la psique una caja de Pandora.
A veces el sueño la abre y casi siempre las pesadillas. Todos los miedos y presagios de nuestra especie, así como los que nos corren por las venas, están guardados en ella.
Hay quienes la destapan en sus delirios y otros que lo hacen cuando sienten que lo han perdido todo. Cerrada es una invitación a la contemplación pero, asimismo, al desvarío. Abierta es el final, o algo que se parece al final: una vida sin una vigilia permanente.
Si la esperanza fue lo único que se quedó en la caja de Pandora, también lo hizo el miedo que es su otra cara. Juntos viajan desde siempre porque son inseparables. Desde las frases de los filósofos existencialistas hasta la sencillez de la sentencia popular: el que espera desespera, fluye el mismo mensaje: no se puede esperar sin sentir miedo, a veces pavor, que se diluyen en la ilusión de que mañana será mejor que hoy, de que no es verdad la frase de Eugen O’Neill: no hay presente ni futuro, sólo el pasado que se repite una y otra vez…
No fue con el big bang que se abrió la caja de Pandora. Fue miles de millones de años después, cuando aparecieron el hombre y la vida. La mitológica expulsión del Paraíso fue el castigo por abrirla. Vayan por el mundo a domeñar esos males que ustedes mismos han desatado, les dijo Dios a Adán y Eva, quienes cruzaron el Éufrates bíblico sin más compañía que su propia esperanza.
Desde entonces el hombre y la mujer deambulan por el mundo llenos de temor. Ganan el pan con el sudor de su frente y luchan contra el tiempo todo el tiempo. Se saben perdidos y han descubierto lo que son la muerte y sus arcanos. Ya hubieran desaparecido si no fuera por la esperanza y por el amor que enhebraron atesorándolos en sus manos.
Que cada quien abra su caja de Pandora este 2022 a solas con su vida.
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