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Fecha Publicación: 19/12/2024 - 22:10
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Estoy en el 3% que según unas últimas encuestas de Datum y de Ipsos aprueban la gestión de la presidente Dina Boluarte. El sólo hecho que no haya seguido por la misma senda del corrupto y golpista Castillo es lo más que se podía esperar de su gobierno. Si Castillo hubiera tenido éxito en su golpe de Estado el país habría caído en las garras del comunismo y estuviera económica y socialmente destrozado. Ni siquiera habrían encuestas, ¿o en Venezuela y Cuba las hay? Boluarte asumió la sucesión constitucional bajo una asonada golpista callejera donde se tuvo que usar la fuerza de las armas para sofocarla. Todo estaba planeado para reponer al caco y golpista ladino en el poder. Eso se evitó a cuenta de sangre. Los facciosos paralizaron las carreteras, incendiaron los símbolos del poder constitucional como las comisarías, los edificios del Ministerio Público y del Poder Judicial, trataron de tomar aeropuertos y centrales eléctricas (lo que es terrorismo según la ONU) y convulsionar el país para que se instalara aquí una dictadura comunista como en Cuba, Nicaragua o Venezuela. Ese era nuestro destino. Felizmente este intento de golpe de Estado abortó a suerte de sangre y fuego que ahora le atribuyen a Boluarte, que si no se hubiera mantenido firme por lo menos estaríamos en una guerra civil. Por eso es estúpido que algunos politicastros y demagogos afirmen muy sueltos de huesos que Boluarte es la “continuación” de Castillo y Cerrón, cuando está haciendo todo lo contrario (generalmente los que la critican en ese sentido pretenden postular al próximo Congreso bicameral). Ese sólo hecho hace que a mí me importen tres rábanos que a la señora le hayan regalado o prestado Rolex, que se haya hecho una operación menor en la nariz o que se haya quedado en un condominio en Asia a pasar unos días sin escolta. No me interesa y en el costo-beneficio tampoco debería importarle mucho a los peruanos que no logran comprender de qué nos salvamos. Lo que sucede es que los medios de comunicación en su mayoría están quebrados y necesitan vender periódicos que ya nadie compra, programas de TV que no funcionan porque nadie los ve y, claro, lo mejor es hacer escándalo para convertirlo en una novela por capítulos erosionando la autoridad presidencial con estupideces que no tienen ningún valor ni relevancia política, haciéndole el juego a los comunistas y los caviares cuya única agenda es el adelanto de elecciones. ¿Para qué? ¿Para tener a una presidente más en el club de los vacados y seguir con la plétora de presidentes en los últimos 5 años, uno cada 360 días? ¡Por favor! La economía no está mal. Crecer 3% no es estar en los 80 del siglo pasado. No tener inflación tampoco está mal, aunque esta tarea le corresponde a la excelente gestión de Julio Velarde en el BCR. Veo los noticieros y aprecio a la presidente inaugurando un colegio casi por día. La APEC fue un éxito y las obras de infraestructura avanzan. Que la señora sea coqueta con la verdad y vaya y venga como la pluma de la Donna e mobile no alcanza para ponerme entre sus detractores, máxime si íbamos camino al comunismo liderado por un maestrillo de provincias ignorante y estulto. Me alegro de estar en ese 3%. Eso renueva mi fe en que todavía pertenezco a cierta aristocracia del espíritu y desprecio profundamente a los ignorantes. desagradecidos y oportunistas del gran vulgo (transversal a todas las clases sociales) y que opinan sin saber el ABC de la política y que para remate tienen un promedio de 84 de cociente intelectual.

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