75 años de la Declaración Universal de Derechos Humanos

La Segunda Guerra Mundial fue el momento histórico que nos mostró la cara mas terrible del odio contra la raza humana. Mas de un millón y medio de personas murieron solamente en el campo de concentración de Auschwitz donde se exterminaban a mas de 5,000 personas al día, el horror del genocidio nazi que no distinguió entre adultos, niños, ancianos o mujeres embarazadas. Hoy, se cumplen 75 años de la firma de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y aun existen barreras que eliminar para alcanzar una real igualdad y muchos retos que superar sobretodo en materia de acceso a derechos sociales de los más vulnerables.

Nuestra Constitución Política consagra la defensa de la persona humana y de su dignidad como fin supremo tanto de la sociedad como del Estado. Así también, reconoce como su deber primordial el de garantizar la plena vigencia de los derechos. Estas disposiciones constitucionales expresan de forma clara las obligaciones estatales internacionales de garantizarlos, respetarlos y protegerlos. Además, si bien es cierto, la Declaración Universal de los Derechos Humanos no tiene fuerza vinculante la disposición cuarta final de la Constitución somete la interpretación de las normas que regulan derechos y libertades al contenido de la Declaración.

De otro lado, existen una serie de mecanismos tanto en el sistema regional como universal orientados a facilitar la cooperación técnica a los Estados para la ejecución de disposiciones comprendidas en tratados y convenciones de derechos humanos así como también la atención de peticiones y demandas de ciudadanos en cortes internacionales, dado que en la jurisdicción interna no pudieron acceder a la justicia en defensa de sus derechos fundamentales. Sin embargo, es bueno señalar que no todos los ciudadanos conocen como funcionan ambos sistemas.

El sistema regional de protección de los derechos humanos se efectiviza a través de la Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos. La Comisión como órgano autónomo del sistema, entre sus funciones, atiende e investiga las peticiones ante violaciones de derechos contra los Estados, así estos no hayan ratificado la Convención Americana. Asimismo, la Corte Interamericana es el tribunal regional que interpreta la Convención, ejerciendo su función contenciosa, la supervisión de sus sentencias emitidas así como la labor consultiva sobre la compatibilidad de normas internas con las disposiciones de la Convención. Un sistema que ha recibido críticas en cuanto a su composición, carga procesal y financiamiento que merece un debate profundo por parte de los Estados que conduzca a mejorarlo.

Finalmente, la poca empatía que provoca este sistema regional con los ciudadanos es por su desconocimiento. La formación de nociones básicas de litigio estratégico debería darse en la etapa escolar a fin de conocer como funciona el sistema. Además, no debemos dejar de lado, el rechazo al sistema causado por aquellas demandas de sentenciados por terrorismo que consiguieron del Estado millones de soles en indemnizaciones y que hoy incluso pueden reinsertarse en la vida política.

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