88% de los peruanos desconfía de la ONPE
Piero Corvetto es un profesional locuaz e inteligente. Cuando se trata de exponer los resultados, bondades y avances de su gestión, tiene un discurso muy bien armado, institucional y hasta político -ciertamente lo es-. Sin embargo, ese discurso locuaz, explicación ordenada y coherente desaparecen cuando se le pregunta por qué la aprobación de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) ha descendido hasta 18% a nivel nacional. El país no puede aprobar que una institución con tan vergonzosa aprobación nacional lidere, nuevamente, unas elecciones. Lo siento, Corvetto: esto no es personal; es político.
Lo risible es la aplicación de una habilidad interesante para irse por las ramas. Esto fue muy revelador en la audiencia en la que el actual jefe de ONPE expuso sus argumentos para ser reelegido como la máxima autoridad de la institución por otros cuatro años más. La pregunta fue clara, señor Corvetto: ¿por qué la institución que usted dirige tiene sólo 18% de aprobación en los últimos tres años? Si el gran trabajo que menciona ha funcionado, eso debería verse reflejado en una percepción aprobadora hacia la institución que usted dirige. ¿Cuál fue su respuesta? Para los estudiosos, investigadores, para la “academia” y grupo de amigos del café en El Virrey, los procesos implementados por su gestión generan la “envidia” de procesos electorales a nivel de la región, y usted es el elegido. Es decir, la opinión del pueblo no me importa, pero si quiero que todos los LGTBI voten porque es su derecho. ¿La comunidad LGTBI va a mejorar la reputación de la ONPE?
La gestión de Piero Corvetto ha trabajado con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), ¿para qué? Según este programa, ellos “incentivan” el cambio y buscan que los países tengan acceso a la información y conocimiento, a la experiencia y a los recursos necesarios para ayudar a que las personas se labren un futuro mejor. ¡Vaya! Un programa que se dedica a informar a la población que no ayudó en absolutamente nada a comunicar y resaltar la imagen y reputación de ONPE con los “grandiosos” logros que Corvetto ha narrado en su presentación ante la JNJ. PNUD es una institución muy cercana a los amantes de las consultorías. Ya conocemos de qué viven cientos de caviares en el Estado: consultorías.
Piero Corvetto argumenta que se ha generado mucha información y experiencia. Información que no ha sido difundida de manera efectiva y con objetivos para alcanzar. ¿Experiencia? Con todo respeto, estimado Corvetto, pero si usted fue elegido para dirigir una institución que dirige elecciones, debe estar a la altura del cargo por el que recibe un gran sueldo. En segundo lugar, a una institución como ONPE ingresas a gestionar, no a ganar experiencia. Tengamos un poco más de seriedad.
ONPE seguirá caminando y organizando elecciones de forma responsable sin Corvetto a la cabeza. Él mismo lo dijo en su presentación en un vídeo que está en Youtube. Entonces, ¿por qué pide su reelección por otros cuatro años? Esa falta de modestia se mezcla con una propuesta de darle derechos a los delincuentes. ¿Cuál? Permitir que voten. Piero Corvetto quiere darle el derecho de votar a los delincuentes presos.
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