ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

Adaptación entre un perro y la llegada de un gato al hogar

Imagen
Fecha Publicación: 15/12/2021 - 20:30
Escucha esta nota

La presentación entre animales es un momento clave y puede significar entre la paz familiar o el completo caos, nos comenta Francisco García Mela, etólogo clínico.

Preparando a tu perro.- Ve practicando comandos básicos con tu perro antes de la llegada del gato para ir aumentando el nivel de disciplina. Comienza en casa y luego continúa en parques y zonas más transitadas. Prueba presentarle gatos que ya están acostumbrados a perros, para ver cómo reacciona.

Preparando la habitación del nuevo gato.- Prepararemos una habitación que será el territorio seguro para el gato hasta que se acostumbren ambos a la convivencia. Allí pondremos su cajón con arena, comedero, bebedero, rascador y juguetes. Intentaremos que el perro no ingrese a esta habitación. El gato será llevado preferentemente en su trasportín a la nueva habitación y le permitiremos que explore a su gusto su nuevo territorio. Si no quiere salir, no le obligaremos. Lo hará cuando esté preparado. Los primeros 3 o 4 días el nuevo gato debe estar en la habitación aislada familiarizándose con los ruidos, olores y rutinas de nuestro hogar. Entretanto, damos tiempo al perro de acostumbrarse con los nuevos olores y presencia del gato en la casa. Cuando no esté el perro, puedes dejar salir al gato a husmear por la casa si lo desea.

Presentaciones.- Durante los primeros días intentaremos mantener la mayor normalidad respecto a las rutinas vuestras y del perro. El perro sentirá el olor del gato en ustedes y es posible que se escape algún gruñido o ladrido. Es normal y no hay que darles importancia. A partir del quinto o sexto día podemos empezar con las presentaciones.

El perro entrará con ustedes a la habitación sujeto por la correa. El gato debería estar en su zona elevada para su mayor tranquilidad. Los dejaremos estar en el mismo ambiente por un momento, pero no estarán cerca. No tenga el gato en brazos, podría rasguñarle. Deje que esté en una estantería o lugar de su preferencia en altura.

La presentación será primero a distancia y lo acercaremos poco a poco según veamos cómo reacciona el gato, pero no tengan prisa. Si cualquiera de los dos se altera, daremos por terminada la presentación, pero no los corregiremos. Se irán oliendo con curiosidad. Si ladra, lo mira con ansiedad o intenta correr hacia él, no lo corregiremos. Nos iremos alejando tanto sea necesario hasta que deje de hacerlo. Cuando esté tranquilo lo recompensaremos con caricias y si se desea también con una galletita.

Es fundamental que la correa no esté tensa en ningún momento. Al finalizar el ejercicio déjalos nuevamente en habitaciones separadas y repite todos los días esta presentación de dos a tres veces al día; incrementando progresivamente el tiempo de interacción.

Es muy importante supervisar los encuentros entre el perro y el gato durante los primeros meses, así como no dejarlos juntos y solos, aunque ya se conozcan. Debemos estar totalmente seguros de las reacciones de cada uno de ellos ante diferentes situaciones como hambre, juego, etc. Lo más importante es que el perro asocie la presencia del gato como una experiencia positiva. No se trata de corregirlo “para que entienda”, se trata de que el perro se SIENTA a gusto en su presencia. No es tanto una cuestión de “obediencia” sino más bien de emociones.

Mira más contenidos siguiéndonos en FacebookTwitter Instagram, y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento