AFP en un país con más de 70% de informalidad

Ayer, el Ejecutivo promulgó la ley para el séptimo retiro de fondos de las AFP, esto luego de que días antes el congreso aprobara el retiro de hasta 20,600 soles con 97 votos.

El debate de ese día en el Pleno del Congreso fue seguido por la gran mayoría de peruanos, en la calle no dejaba de oírse las voces de los congresistas salir de pequeñas radios que acompañaban la labor de diversos ciudadanos, quienes escuchaban atentos si podrían o no disponer de su dinero; en los restaurantes, al iniciar cada intervención, los comensales levantaban la mirada para ver cuál de sus “padres de la patria” tomaba la palabra.Y

cómo no, si hace poco una encuesta confirmaba que, actualmente, a más del 70% de los peruanos, el dinero que ganan al mes, no les alcanza. La desaceleración de la economía ha obligado a la gran mayoría de peruanos a estar endeudados, o tener que recurrir a la reducción de gastos o echar mano de sus ahorros para no pasarla mal.
Pocos son quienes accederán a montos realmente significativos, o que alcanzarán los 20,600 soles. Más de dos tercios de los ciudadanos que recurrirán a su fondo de pensiones cuentan con menos de cinco mil soles, los cuales muy probablemente utilizarán para pagar deudas, con lo que se diluye la preocupación de gran parte de la ciudadanía; sin embargo, la verdad es que el tema de las pensiones en el Perú representa un problema mayúsculo que más temprano que tarde terminará por reventar.So

mos un país con más de 70% de informalidad laboral, lo que implica que muy pocas personas participen de forma activa del sistema de pensiones. Los peruanos aportamos, en promedio, solo 7 años de nuestra vida laboral, porque son los años de trabajar en formalidad; aportes que se han reducido significativamente con los seis anteriores retiros del fondo.
A este reducido tiempo de aportes, se suman los bajos sueldos que se tienen en el Perú. Según el exministro de economía, David Tuesta, con el sueldo mínimo actual habría que tener aportes por más de 90 años para recibir una pensión de 1000 soles. Lamentablemente la brecha de ingresos en nuestro país es muy amplia, y en el contexto de la informalidad, aún vemos que hay quienes ganan sueldos por debajo del mínimo establecido por ley.

Queda claro que la gran mayoría de peruanos no contarán con una pensión digna al llegar a la senectud, lo que no se debe a que hayan retirado su dinero de los fondos privados de pensiones en el contexto de la pandemia, sino a que el sistema, como está planteado, simplemente no se adapta a nuestra realidad, dominada por la economía informal. Lo mismo sucede con el sistema público, que subsidia la pensión de quienes logran alcanzarla, tras haber pasado por lo menos veinticinco años aportando todos los meses; algo que no sucede con la mayoría de ciudadanos.
Desde el legislativo, ha surgido la propuesta de alimentar el ahorro para el fondo de pensiones a partir de tomar el 1% de todas las compras realizadas por cada persona, lo que suena interesante en el papel, pero que muy probablemente no resuelva el problema, porque ese fondo sería proporcional al gasto que se realiza: si no se gana mucho, pues tampoco se podrá gastar mucho y, por lo tanto, el ahorro será mínimo. Además, debido a la informalidad que impera en nuestro país, muchos de los gastos realizados no podrán ser rastreados mediante boletas de venta que lleven consignado el DNI del comprador.

También se debe considerar que, actualmente, el Perú se encuentra en déficit fiscal, lo que quiere decir que el país gasta más de lo que ingresa, motivo por el cual el Fondo Monetario Internacional ya ha recomendado al Perú mejorar su sistema de recaudación. Si el dinero saldrá de algún impuesto ya existente, como el IGV, se generará un forado importante en los fondos públicos; si implicara un nuevo impuesto, eso seguirá aumentando los precios de los productos y servicios que consumimos.

Está claro que se requiere una reforma del sistema de pensiones, la cual debe adaptarse a la realidad peruana, por lo que el que se esté empezando a generar propuestas (así puedan afinarse) es positivo, pues es un debate del que deberíamos participar todos los peruanos, ya que llegar a la senectud con una pensión digna, debería ser un derecho asegurado para todos.

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