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Al final de la batalla

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Fecha Publicación: 29/03/2019 - 22:10
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La catástrofe chavista, sus perversidades y miserias, corruptelas y crueldades, no solo colisionaron con principios democráticos y de convivencia humana, sino que provocaron muerte, destrucción, humillación y dolor en millones de personas.

La dimensión de la tragedia ha tenido el correlato positivo de provocar cambios sustantivos en la política exterior del hemisferio y enseñar a las nuevas generaciones que el sistema democrático es una garantía para la paz, la libertad y el bienestar de las mayorías.

Atrás está quedando la diplomacia tolerante, cuando no cómplice, encorvada, apática o temerosa para encarar a un régimen dictatorial que durante veinte años demolió, una a una, las reglas y valores consagrados en las cartas constitutivas de la ONU y de la OEA, marco jurídico que vincula a nuestras naciones, ante la pasividad de nuestras cancillerías, que prefirieron el silencio antes que la confrontación con el Socialismo del Siglo XXI.

Algunos hechos demuestran los avances:

1.- El surgimiento del Grupo de Lima, integrado por 14 naciones del continente, que ahora conforman una alianza democrática con 34 gobiernos europeos que desconocen a Maduro y han denunciado a su cúpula política-militar ante la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad.

2.- La revitalización de la OEA con la admirable gestión de su Secretario General, embajador Luis Almagro.

3.- La disolución de la plataforma internacional del chavismo. Hoy no existe Unasur (8 países ) ni la Comunidad de 33 Estados Latinoamericanos y Caribeños, Celac. El otrora poderoso Grupo del ALBA (8 países) y Petrocaribe  (18 países) agonizan en la pobreza, mientras el Foro de São Paulo, que reúne a partidos comunistas o de izquierda, solventados con dinero de la corrupción de empresas constructoras brasileñas, se encuentra en situación comatosa.

4.- Han caído y están siendo procesados por diversos delitos los aliados del chavismo, como Cristina  Kirchner en Argentina, Lula en Brasil, Correa en Ecuador y Ortega en Nicaragua. El único sobreviviente del naufragio político es el mandatario boliviano Evo Morales, que pretende una reelección inconstitucional.

5.- El desprestigio de Cuba, soporte político de una dictadura corrupta y genocida, a quien facilitó asesores políticos, militares y de inteligencia a cambio de granjerías petroleras, es un baldón para el último bastión del comunismo en América.

Resistiéndose a dejar el poder, como hicieron los yihadistas en Siria, al final se derrumbará el régimen fascista que domina Venezuela y millones de seres humanos podrán vivir en paz.