Al Gobierno no le interesa la lucha contra la pobreza

El oficialismo, presionado por la recesión y sus efectos, solo atina a reemplazar el fracasado Plan Punche por el Plan Unidos. A pesar de conocer que la única forma sustentable de salir de la recesión es a través de la reactivación de la inversión privada, con estado de derecho, incrementando la competitividad, respetando la propiedad privada, etc. La que impulsará el crecimiento y disminuirá la pobreza, como lo hiciera cuando disminuyó de 60% a 20 , y luego aumentara a aproximadamente a 30%. Inclusive permite un sector laboral cada vez más inflexible y mantiene los cambios que han afectado a la agroindustria.

El oficialismo no solo no ha intentado aprobar las reformas imprescindibles para volver a crecer sino que ha retrocedido en diversos sectores. Por ejemplo, en una reforma tan importante como la de Educación y ahora pretende, a pesar del fracaso comprobado de dichas fórmulas, que retornemos a la época de la sustitución de importaciones, con nuevos subsidios , exoneraciones tributarias, etc.

El Estado se ha constituido en el principal obstáculo para disminuir la pobreza, manteniendo un sector público crecientemente sobre regulado en los tres niveles de gobierno . Y no aprueban reformas porque saben que estas implican un costo político en el corto plazo y beneficios en el mediano plazo, mientras que la alianza Ejecutivo- Legislativo quiere exactamente lo contrario, tener los beneficios ahora y que los costos los asuma al que toque gobernar luego de ellos.

Es que el gobierno, estando por cumplir un año de gestión, sabe que a esa fecha se efectarán balances de gestión y su crédito ya se agotó. Y la delicada situación económica no se puede ocultar , a pesar de los esfuerzos del MEF Contreras, quien había negado que estuviéramos en recesión, pero que tuvo que admitirla solo porque una de las 3 principales calificadoras de riesgo soberano anunció que Perú sí estaba en recesión. Es por ello que no sorprende que las expectativas empresariales, que habían empezado a subir luego de los violentos desmanes de enero, hayan vuelto a bajar. Y la emigración de los jóvenes, que había disminuído durante una década, se haya disparado.
Obviamente los sectores izquierdistas no enfilan sus baterías contra el sector público (gran fuente de ingresos de los caviares) sino contra el modelo económico y la inversión privada, a pesar que fueron ellos, enquistados en el aparato estatal en forma creciente desde la época de Toledo, los que generaron la crisis.

Es que la inercia del Ejecutivo, acompañada por un Congreso que prioriza sus intereses grupales, o personales, a los intereses nacionales, tampoco ofrece una salida. Pero, como ya lo alertáramos anteriormente (ver editoriales sobre la vacancia económica ) llegará un momento en que la ciudadanía, harta de la falta de empleo, de la caída del poder adquisitivo, de la corrupción, del aumento de la pobreza ,de la inseguridad ciudadana, de la indiferencia del oficialismo, etc., saldrá las calles a evidenciar su profundo descontento y se producirá la vacancia económica. Y si se profundizara la recesión, sería la oportunidad para que los izquierdistas se colocaran en una posición muy clara para criticar el modelo económico y beneficiarse en las próximas elecciones generales.

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