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Alan y la Alianza del Pacífico

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Fecha Publicación: 05/07/2019 - 21:00
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Pocas veces estuvo tan satisfecho el presidente Alan García que en los días previos al 28 de abril de 2011, tres meses antes de culminar su mandato, porque en esa fecha se constituyó la Alianza del Pacifico, poderoso instrumento de integración que vincula al Perú, Chile, México y Colombia, países que, en conjunto, involucran 200 millones de personas, representan mas del 50% de las exportaciones latinoamericanas y el 40% del PBI regional.

Esa asociación, orientada a alcanzar la libre circulación de bienes, servicios, personas y capitales, con economías abiertas a las inversiones y conectadas con el Asia Pacífico, tiene una característica adicional: solo pueden participar gobiernos democráticos.

Esa fue exigencia de su creador, Alan García, quien en una conferencia en Bogotá, el 6 de marzo de 2014, subrayó que el criterio central para forjar la Alianza era "primero la democracia, porque ella no solamente es un sistema de respeto a las libertades, sino que es un sistema de sostenibilidad de objetivos [...] los autoritarismos voluntaristas que manipulan la economía, siempre en favor de electores posibles, terminan como hoy Venezuela, en el caos, acaban en la pobreza. Ochocientos mil millones de dólares de ingresos petroleros dilapidados y hay más pobreza y más deuda", sostuvo.

La respuesta de la izquierda radical o comunista fue impulsar una despiadada campaña de demolición contra el mandatario peruano.

En la XII Cumbre del Grupo del Alba el presidente boliviano, Evo Morales, sostuvo que "los países integrantes de la Alianza del Pacifico son parte de una conspiración que viene del Norte para dividir y que UNASUR no avance". Similar opinión la tuvo Daniel Ortega, dictador nicaragüense.

Por su parte, Marco Aurelio García, asesor principal de los mandatarios Lula da Silva y Dilma Rousseff, afirmó que la Alianza del Pacifico "no tiene relevancia económica y no representa competencia para el Mercosur", mientras el ministro de Relaciones Exteriores, Antonio Patriota, dijo que la iniciativa era "solo de marketing, un nuevo empaque para un viejo producto".

En la XIX reunión del Foro de Sao Paulo, realizado el 2013 en Brasil, acusaron a los miembros de la Alianza de actuar bajo órdenes de "potencias extra regionales - léase Estados Unidos - para fracturar y sabotear la integración regional” y en el siguiente evento las agresiones fueron mayores al sostener que los tratados de libre comercio eran un factor de "profunda desestabilización económica y un instrumento de chantaje internacional a nuestros países".

Luego agregaron que la Alianza del Pacífico es "una creación de los gobiernos de Estados Unidos de América y de las potencias imperialistas", para concluir advirtiendo que ese acuerdo “precede a una invasión militar directa". Evo Morales volvió a la carga al sostener la falacia de que la Alianza "propone la privatización de los servicios básicos", agregando el disparate de que los mandatarios de Perú, Chile, Colombia y México eran "lacayos del imperialismo".

Mientras UNASUR y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) se han disuelto, el Grupo del ALBA y el Mercosur se encuentran agónicos y Venezuela chavista en ruinas, la Alianza del Pacifico es reconocida como el más exitoso proyecto de integración regional.

El modelo liberal de integración, con democracia y justicia social, había demostrando la inoperancia de los esquemas estatistas impulsados por los gobiernos alineados con el Socialismo del Siglo XXl: sería, sin duda, la mayor derrota internacional de los sectores comunistas.

Ahora que se ha realizado en Lima la Cumbre presidencial de la Alianza del Pacifico, vuelve a mi memoria la imagen del presidente Alan García, ideólogo y constructor de este poderoso mecanismo de integración, que cumplió su compromiso de hacer política grande, de proyección histórica, sin mirar encuestas ni escuchar a malsanos opositores.