¡Albricias! De Ángeles de papel
Han pasado 50 años desde que un grupo de pobladores, motivados por el sueño de la casa propia, llegaron cargados de esteras y sobre todo de ilusiones a los inmensos arenales para transformar el baldío en lo que hoy es Villa El Salvador.
Vienen a mi memoria: el Monseñor Luis Bambarén por su resuelto apoyo a cientos de pobladores, llamados “invasores”, que en base a entusiasmo y buena organización, lograron formar la primera Comunidad Urbana Autogestionaria (CUAVES); también evoco a Edilberto Ramos, asesinado por la represión pero luego declarado mártir del pueblo.
El arte acompañó todo este proceso, en especial la música, el teatro, el circo y la literatura. En las frígidas noches, bajo las melodías que ofrecía el cercano mar, fueron afirmándose los diferentes exponentes del arte popular. Unos pocos, en solitario, escribían sobre la arena los primeros versos que se declamaban al infinito desde donde se sentían los aplausos que acercaban el amanecer y alejaban la noche.
Por eso, tiene especial satisfacción leer a los hijos, nietos y herederos de esa rica tradición literaria forjada como reloj de arena, grano a grano, verso a verso, ahora plasmado en un bello poemario bajo el título de Ángeles de papel compilada por Michael Jiménez, quien ha logrado reunir a 37 voces como muestra de historia viva, de respeto al pasado, de valoración al presente y mucha esperanza por el futuro. Aquí están todas las sangres, aquí se vuelve al arenal, a ese amplio y llano suelo donde los sueños y la vida son apenas aristas de un mismo poema cuyos versos son granos necesarios para que la humanidad siga germinando.
Reconforta leer a quienes ahora recitan en arenales celestiales porque ya no están entre nosotros: Ramón Villalba, el primer poeta de Villa El Salvador, quien dedicó sus primeros poemas a Pamplona escribiendo sobre esteras de las chozas; Petroni Gutiérrez, Edilberto Huasupoma, Javier Bernaola y Christian Rodríguez.
“Porque no tenemos nada, lo haremos todo” coreaban los primeros pobladores de VES. El mensaje sigue vigente y los poetas acompañan en la ruta, para afirmar a Villa El salvador como la ciudad mensajera de la paz, porque el arte es también parte de ese proyecto mayor. Valgan estos versos escritos por los Ángeles de papel para que todo lo que hasta ahora se hizo sea solo el inicio y continuar construyendo en el solidario arenal, un lugar digno para vivir y aspirar a una patria soñada.
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