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¿Alguien confía en un presidente como Vizcarra?

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Fecha Publicación: 09/09/2019 - 22:20
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Así como la mentira tiene patas muy cortas, la memoria tiene vida breve. Por ello vale recordar, de vez en cuando, las mentiras y barbaridades que se le conocen al todavía presidente Vizcarra. Una de ellas es su doble juego en torno a la minería. Por un lado, habla a los limeños sobre la necesidad de desarrollar esta milenaria actividad; y por otro, lanza su discurso demagógico ante los agitadores de las comunidades andinas establecidas alrededor de los asientos mineros. El ejemplo de Las Bambas retrata en todo su esplendor al Jano Vizcarra.

Aunque el caso Tía María resulta ser emblemático. Días antes del 28 de julio, Vizcarra viajó a Arequipa a reunirse secretamente con las autoridades que lideraban el soliviantamiento de la población contra la mina Tía María. Su gobierno acababa de darle la licencia de operación de Tía María a la concesionaria Southern. Pero el gobernador arequipeño Elmer Cáceres Llica –principal azuzador antiminero, con ínfulas de jerarca de una hipotética macro región Sur que incluye a Puno, Moquegua, Arequipa. Cusco y  Tacna- levantó el caso de la licencia para enfrentarse a Vizcarra, posicionándose como autoridad única en lo que podría llamarse un territorio liberado. Algo que en la práctica existe desde hace mes y medio.

Porque el gobierno nacional no ejerce autoridad en esta extensa zona del país, que alberga a los mayores centros mineros del sur peruano y se mantiene paralizada por una huelga decretada por el jerifalte Cáceres Llica. Quien manda en este territorio liberado es Cáceres Llica. No Martín Vizcarra. Ocurre por el doble discurso vizcarrino aludido líneas arriba. Efectivamente, en la visita que Vizcarra hizo a Arequipa para tratar con las autoridades declaradas en rebeldía –demandaban la inmediata cancelación de la licencia otorgada a Tía María- les dijo (en secreto) a esos revoltosos que él “ya tenía decidida la anulación” de aquella licencia. Lo que no imaginó el vivazo Vizcarra fue que sus interlocutores lo estaban grabando. Así, días después apareció retratado en los medios poniendo de manifiesto su doble discurso. ¡Su engañifa a la inmensa mayoría de ciudadanos! A estos les juró que su régimen promueve el desarrollo minero. Y como prueba dio la licencia de operación que su ministro de Energía entregó a Southern. Mientras que a los antimineros les dijo que había decidido cancelar dicha licencia.

Es más, Vizcarra le imploró a los rebeldes que le proporcionasen “argumentos” para ofrecerlos como justificación suya al resto de peruanos. “Yo no podría salir ahorita y decir ´voy a cancelar´. Tengo que preparar el argumento (…) Es que en el tema administrativo tu no puedes adelantar porque después te dicen ´ya estaba hecho´ (…) (Ustedes) ya saben cuál es mi posición, pero no puedo adelantarla públicamente (…) Entonces nos ayuda que ustedes mismos hagan el sustento (…) Trataría que sea lo más pronto”. El colmo. Vizcarra mendigando a los antisistema que preparen el sustento que él utilizaría para justificar la anulación de la licencia de Tía María. ¿Alguien puede confiar en un presidente así?