Allanando el camino para algún otro extremista
El desgobierno en el cual ha caído el régimen de la señora Boluarte es más que manifiesto. No tenemos planes para enfrentar el fenómeno El Niño que ya comenzó y se comienza a ver el desmoronamiento de lo poco que se hizo con una falta de calidad que, si contrastamos con lo que se gastó para hacer defensas y descolmataciones tan mal concebidas y ejecutadas, podríamos llegar a determinar que existirían responsabilidades no solo administrativas sino penales.
La economía en recesión que reduce cada día el número de puestos de trabajo ante el cual el Ejecutivo solo espera un “rebote” de crecimiento mínimo para el primer trimestre del año que se viene. La pobreza se incrementa, y no hay planes en ejecución, ni alguna política que impulse inversiones. Lo triste del caso es que el obispo de Lima sale a predicar que debemos enfrentar la crisis “compartiendo” lo que tenemos a sabiendas, que la mayoría nacional no tiene casi nada, y no se trata de compartir pobreza, sino de generar riqueza para que todos lo disfrutemos con nuestro esfuerzo.
La delincuencia ya le perdió el respeto al Estado y en la práctica lo está enfrentando, desafiándolo día a día con actos criminales cada vez más audaces y en lugares y edificios que se supone garantizan la seguridad de todos los que concurren a ellos. Ya la calle ha sido tomada como baluarte delincuencial y ahora nadie está seguro ni en locales públicos, de diversión, de comidas, de comercio en general y llegaremos a estar en zozobra aun en nuestras casas, es decir, esto ya es terrorismo puro porque genera alarma, terror y zozobra en una población sometida a toda clase de ataques criminales y el gobierno no tiene ni plan Boluarte ni nada que se parezca a una política de Estado. Se ha modificado el Nuevo Código Procesal Penal para dinamizar la intervención policial en el combate contra los delincuentes, pero no sabemos si se han definido equipos, tecnología, remuneraciones, entre otros, que hagan viable lo que se está imponiendo como función investigadora.
En lo político, el Congreso desvaría y anda al garete con representantes de cada grupo político que actúan sin convicciones y obedecen únicamente a los dueños de sus agrupaciones o, en muchos casos, atendiendo solo a sus intereses personales y a protegerse los unos a los otros.
Ahora se observa una arremetida judicial contra Acción Popular, PPK, el fujimorismo y hasta contra Humala por el caso “Madre Mía”, alcanzando con suma timidez a Vizcarra, pero no hay avances en el caso, por ejemplo, de Villarán.
El escenario quedaría libre, pero ¿para quién? ¿Para APP o algún otro con vocación extremista que aparezca de la nada como Castillo?
Salvo que desde el Ejecutivo se esté trabajando en un plan propio creando esta situación de caos nacional.
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.