¿Amnesia selectiva conveniente?
Por Francisco Calisto Giampietri
Nuestro querido Perú está inmerso en una vorágine sostenida, en un efecto in crescendo desde el último 28 de julio pasado, alimentada por las constantes y desacertadas decisiones políticas tomadas por el inquilino de palacio y que cada día que pasa nos damos cuenta que estamos muy lejos aún de tocar fondo, ya hemos llegado a un nivel de permeabilidad inimaginable por nosotros mismos, en el que ya no sabemos qué siguiente suceso nos sorprenderá al levantarnos, enterándonos de otra desacertada historia que desenrostra una suma de desaciertos superlativos, todos ellos nos llevan a un factor común y sin temor a equivocarme este tiene que ver con el sillón de Pizarro.
Acusaciones se develan ya no solo por la prensa que está cumpliendo un rol de control político al cual cada día se suman más en ese esfuerzo, sino también el entorno más cercano del ex portador del sombrero; claro está, luego de haber disfrutado de sus placeres palaciegos y que al ser expelidos del sistema, en el desasosiego de ya no gozar de los lujos y el oropel que los circundaba, salen hoy indignados a propalar a los cuatro vientos, cual adalides, denunciando desenfrenadamente actividades que podrían lindar y encajar perfectamente en el desarrollo de actividades ilegales, orquestadas desde las más altas esferas.
Dentro de este contexto situacional aparece una guindola a este régimen, materializada por el indulto en el caso Fujimori, todo entonces se difumina y el antifujimorismo a ultranza, azuzado desde el propio Ejecutivo, saca a los reflectores de su guarrada, para enfocarse en lo que más saben hacer, dividir al pueblo que tanto invocan para darse un respiro, comprando tiempo para la reorganización de sus desaciertos. ¿Es acaso coincidencia? …En política nada lo es!!!!
Es así que recordando el incoado caso Fujimori, encontramos en nuestro disco duro que el principal argumento de su sentencia fue la “autoría mediata”; no soy abogado ni pretendo serlo, pero ésta sin temor a equivocarme, estriba en que el entonces jefe del aparato estatal utilizó a sus agentes y recursos para dirigir desde la sombra la realización de los delitos de los cuales se le condenó y que en su calidad de jefe de Estado y de gobierno tenía conocimiento de lo que terceros de su régimen perpetraban.
¿Estamos muy lejos hoy de lo que esta pasando, circunscribiéndonos a esa tipología delictiva?, no veo que ningún padre de la patria, fiscal, procurador, abogado u ONG esté esgrimiendo la teoría mediata en lo que nos está sucediendo como país, ¿O es que hoy día quien jefatura el Estado no sabe nada de lo que pasa en su entorno mas cercano y aparecen dólares en el baño de palacio, estando exento de todo lo que sucede? ¿Nos olvidamos de esta teoría o su dizque proceso de aprendizaje de sacha gobernante lo exime de este presupuesto?, ¿O será que la necesaria cortina de humo aludida líneas arriba nos está haciendo caer en una amnesia temporal conveniente?...
Como decía la abuelita… ¡no mojen que no hay quien planche!
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