Ampliando nuestro escenario internacional
El que Dina Boluarte pueda viajar al exterior sería algo muy bueno para el país. Si bien la canciller Gervasi desempeña un excelente papel defendiendo con gran altura los intereses permanentes del Perú en diversos foros internacionales, hoy se acostumbra que los jefes de Estado acudan a las llamadas “Cumbres”. La oportunidad de lucirse a nivel mundial de nuestra Presidente se presenta en pocas semanas en la Cumbre de la CELAC en Bruselas. Europa y América Latina deben fortalecer sus relaciones en razón de que tienen valores comunes e intereses complementarios, que se ponen en evidencia, más aún ahora en tiempos de guerra en Ucrania.
El viaje a Europa puede llevar a la señora Boluarte también a Suiza. En el Palacio de las Naciones será muy bien recibida. Así como en el Foro Económico de Davos, en el que existe interés en realizar una reunión cumbre en América del Sur, que podría ser en Lima.
Otra presentación importante de la jefe de Estado, sería en las Naciones Unidas, donde empieza la Asamblea General el tercer martes de septiembre. Hace seis meses que no tenemos embajador titular ante las Naciones Unidas. Es obvio que esta situación tiene que ser considerada antes del viaje de la Presidente. Si bien no se llega necesariamente en la ONU a acuerdos concretos, se cosecha reconocimiento y múltiples aplausos. La presencia en Nueva York es usualmente aprovechada para contactos bilaterales, así como encuentros con foros de interés para el intercambio económico con los Estados Unidos de América.
Infaltable asimismo será la presencia de la Presidente del Perú en San Francisco donde se llevará a cabo la Cumbre de la APEC -foro más amplio que la Alianza para el Pacífico- en que asisten los principales actores del acercamiento de América hacia el Pacífico. A pesar de que la denominación APEC viene de Asia Pacífico, ahora en tiempos más recientes podría llamarse más bien América Pacífico.
Es importante salir del entrampado escenario de América del Sur, región atascada en un atraso de medio siglo en materia política. Los líderes ideologizados –a falta o carencia de ideas– son obstrucción a un avance positivo. Nos estancamos en el realismo mágico, en el que lo extraño o lo irreal cobra vida a través de posturas ridículas. Que no se puede llegar a consensos útiles en la región lo han demostrado tantos intentos como entidades o organismos que se han ocupado de intentos fracasados de integración. La CAN se convirtió hoy en un caro organismo burocrático gasta sueldos.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico OCDE pronto se incrementará con el ingreso del Perú. Pero ahí no termina la cosa. Pertenecer a una organización internacional implica un compromiso, así como saber jugar un papel importante en ella.
En mi carrera diplomática estuve muchos años en el multilateralismo, es decir en la diplomacia que se ejerce en los organismos internacionales. Formado por Javier Pérez de Cuéllar, sigo convencido de que debemos aspirar que un peruano -o una peruana- ocupe una posición importante en algún organismo. Podría ser la canciller Ana Cecilia Gervasi o la residenta Boluarte, cuando ella termine su mandato constitucional, lo que permitirá una presencia más importante del Perú en el escenario internacional.
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