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Anemia infantil en Perú: millones invertidos, resultados estancados

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Fecha Publicación: 11/01/2025 - 22:20
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La anemia, especialmente en la población infantil y materna, sigue siendo un desafío significativo para la salud pública en el Perú. A lo largo de los años, los gobiernos han implementado diversas estrategias para combatir esta condición, y el 2024 no ha sido la excepción.
Según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES), la prevalencia de anemia en niños de 6 a 35 meses ha mostrado variaciones en los últimos años. En 2020, se registró una prevalencia del 40.0%, que disminuyó ligeramente al 38.8% en 2021. Sin embargo, en 2022, hubo un incremento al 42.4%, y para el primer semestre de 2023, la cifra ascendió al 43.6%, lo que indica un problema de salud pública severo.
En enero de 2024, el Poder Ejecutivo aprobó el Plan Multisectorial para la Prevención y Reducción de la Anemia Materno Infantil en el Perú para el período 2024-2030, con el objetivo de reducir la prevalencia de anemia al 37.2% en niñas y niños, con énfasis en menores de 36 meses y gestantes. Lamentablemente, tenemos que señalar que este objetivo es pobre, ya que, para que sea considerado un problema de salud leve según la OMS, deberíamos estar en menos del 20%.
El plan tiene como estrategias:
Acceso a atención integral de salud: garantizar servicios de salud que contribuyan al desarrollo infantil temprano, incluyendo suplementación con hierro, tamizaje de anemia y tratamiento oportuno.
Mejora en el acceso a agua potable y saneamiento: incrementar la cobertura de agua segura y servicios de saneamiento.
Promoción de una alimentación saludable: fomentar hábitos alimenticios adecuados que prevengan la anemia.
Gestión territorial y compromiso político: asegurar la coordinación entre niveles de gobierno y sectores involucrados.
Campañas comunicacionales: sensibilizar a la población sobre la importancia de prevenir y tratar la anemia.
Seguimiento y evaluación: garantizar que las estrategias implementadas sean monitoreadas para ajustar y mejorar su impacto.
A pesar de los esfuerzos y la inversión significativa, los resultados han sido mixtos. La ligera reducción en la prevalencia de anemia en ciertos años indica que las estrategias implementadas tienen potencial, pero el posterior incremento sugiere la necesidad de reforzar y ajustar las intervenciones.
Los desafíos persisten, y es crucial continuar evaluando y ajustando las estrategias para garantizar su eficacia. La colaboración intersectorial, el compromiso político y la participación activa de la sociedad civil son fundamentales para lograr una reducción sostenible de la anemia en el país.
En 2024 se ha invertido alrededor de 1,800 millones de dólares para combatir la anemia y la desnutrición. Sin embargo, destinar fondos sin garantizar su uso eficiente y la obtención de los resultados esperados es comparable a desperdiciarlos. Es fundamental asegurar que estos recursos se empleen de manera efectiva y que las intervenciones lleguen a las poblaciones más vulnerables. De lo contrario, existe el riesgo de que los recursos sean utilizados con fines políticos o económicos, en lugar de abordar verdaderamente los problemas de salud pública que afectan al país.
@sandrostapleton

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