Anemia: una amenaza para el futuro del Perú

La anemia, muchas veces subestimada, representa una grave amenaza para el desarrollo infantil temprano. Según la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (Endes), en el 2023 afectó al 43.1% de los niños de entre 6 y 35 meses de edad y tiene implicaciones profundas no solo en la salud individual, sino en el futuro de nuestro país.
Su impacto es devastador, compromete el desarrollo cognitivo, motor y emocional de los niños, reduciendo en hasta un 9% su coeficiente intelectual. Quienes la padecen presentan dificultades en el desarrollo del lenguaje, la memoria y la capacidad de exploración y aprendizaje. Además, pueden volverse más retraídos y menos sociables, o incluso más irritables, dependiendo del nivel de la enfermedad.
Las estadísticas de Endes revelan que la anemia es más prevalente en las áreas rurales (50.3%) respecto a las urbanas (40.2%) y que entre el 2021 y 2023 aumentó de 38.8% a 43.1%, afectando a 16 de las 25 regiones del Perú.
Se observaron incrementos notables en la zona costera y Lima Metropolitana. Aunque Huancavelica, Loreto y Ucayali, la redujeron, los niños de 6 a 18 meses siguen siendo los más afectados, incluso en familias con mayores ingresos.
En esa misma línea, el año pasado la desnutrición crónica afectó al 11.5% de las niñas y niños menores de 5 años. Las regiones que presentaron los niveles más altos fueron Huancavelica (26.1%), Loreto (21.7%) y Amazonas (19.9%).
La anemia está presente en todo el mundo, según un estudio publicado en The Lancet Hematology, en el 2021 alrededor de 1,920 millones de personas vivían con anemia, la mayor parte estaba en África subsahariana y en el sur de Asia. Las mujeres y niños menores de cinco años eran los más vulnerables.
En Udaipur, India, la ONG Seva Mandir realizó entre el 2005 y 2008 el Programa de Fortificación con Hierro, que incluía la entrega de una opción de suplementos con hierro. En el 2012 la Organización Mundial de la Salud (OMS) respaldó un plan sobre nutrición materna, lactancia y niñez temprana. Recomendó estrategias como mejorar la diversidad alimentaria, fortificar los alimentos con hierro, ácido fólico y otros micronutrientes, además de distribuir complementos con hierro.
En el 2015, el Ministerio de Salud (Minsa) adquirió 235 millones de sobrecitos de micronutrientes, orientados a prevenir la anemia, los cuales fueron repartidos a más de un millón de niños entre los 6 y 36 meses de edad a nivel nacional.
También se vieron algunas iniciativas privadas, la empresaria Aquilina Palomino creó Forticao Chocolate, un innovador producto que contribuye a prevenir y tratar la anemia en niños, jóvenes y adultos. Combinó el cacao de la selva peruana con el hierro hemínico, proveniente de la hemoglobina deshidratada de vacuno.
Por su parte, la organización ‘Peruanos por Peruanos’ lanzó su programa ‘Empresa Anemia Cero’ que convoca al sector privado a eliminar la anemia en las familias de sus trabajadores, aprovechando la relación directa con sus empleados para educarlos y apoyar a las familias en el tratamiento de las madres y sus hijos.
Es un avance, pero el camino es largo en el objetivo de erradicarla. Lo que debemos tener muy en claro es que, si no logramos reducir sus altos índices, condenaremos a una generación de niños y niñas a vivir en desventaja. La anemia no es solo una cuestión de salud pública, sino una amenaza directa al progreso de nuestro país. Luchar contra la anemia es tarea de todos, no comprometamos nuestro futuro.

Por Julio Pérez Alván

*Presidente de la Asociación de Exportadores (ADEX)

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