Anfitriones del APEC 2024 e invisibilizando a la mujer
¿Qué doble discurso es este de anunciar con bombos y platillos que en el APEC 2024 el Perú promoverá la inclusión financiera de las mujeres, cuando al mismo tiempo subsiste el anuncio de la fusión del Ministerio de la Mujer con el MIDIS, restándole autonomía y reduciéndolo a la mínima expresión en su rectoría?
La verdad no se entiende el afán de este gobierno, en opinión de esta columnista, de dispararse a los pies. Sabiendo que el evento que reunirá a las más grandes economías del mundo, APEC 2024, teniéndonos como país anfitrión y con la temática central de la inclusión financiera de las mujeres, se embarca en el despropósito de dejarlas sin su ente rector, que defiende y enarbola sus derechos. Ellas, que precisamente representan a más de la mitad del país, el 50.4% (17 millones 163 mil habitantes) de la población peruana, según cifras del INEI para el 2024. Y es que eso es, en la práctica, lo que sucedería al ser absorbida la cartera por otra de mayor presupuesto, perdiendo fuerza como institución y pasando previsiblemente a ser, a lo más, un viceministerio o una Dirección General, con competencias meramente normativas.
Las mentes brillantes que elaboran los discursos presidenciales de la mandataria Dina Boluarte, me pregunto, ¿qué podrían escribirle para sus discursos oficiales en el marco del Foro de Cooperación Asia-Pacífico del 15 y 16 de noviembre, que pudiera ocultar, suavizar o difuminar que, simultáneamente con la celebración de la Cumbre, el Gobierno trabaja bajo siete llaves, con el mutismo inexplicable de la titular del MIMP, en invisibilizarlas? Al fusionar su ministerio con otro de distinta rectoría, se retrocede al siglo pasado en los compromisos internacionales asumidos en materia de igualdad de género y empoderamiento de la mujer, de los cuales el Perú es Estado Parte, recuperando espacio el patriarcado, caldo de cultivo de la discriminación y violencia contra las mujeres.
¿Por qué, presidenta Boluarte, siendo usted a la sazón mujer, desaparecer o, en el mejor de los casos, debilitar la autonomía del MIMP? Ya que, como bien dijo la exministra García-Naranjo: “Lo que no se nombra, no existe”.
No podrá haber empoderamiento económico de la mujer si subsiste la violencia de género, si se cede espacio al machismo, si apenas el 21% de las mujeres accede a préstamos financieros, según el Banco Mundial, porque en esta sociedad patriarcal los títulos de propiedad de los predios, por ejemplo, salen a nombre del varón del hogar, así hayan mujeres que lo encabecen. A ellos se les considera como los jefes de familia. La violencia económica hace prevalecer la dominación del agresor frente a su víctima, a quien considera su inferior, sin reconocerle la igualdad de gerenciar su proyecto de vida, estudiar, trabajar, administrar sus ingresos, etc. Se resisten a que ellas corten el cordón umbilical de dependencia.
Reitero, en mi opinión, la voluntad política de este gobierno es invisibilizar a la mujer. Lo que diga en el APEC la jefa de Estado frente a las 21 economías de Asia-Pacífico, a la que llegará con todo su gabinete, con solo 2 mujeres como ministras de 19 sectores del Ejecutivo, será de la boca para afuera, para la exportación. Deseo de corazón equivocarme.
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