Anteponiendo el país, Congreso vacó a Vizcarra
Parafraseando el poema aducido a Brecht, perteneciente a Martin Niemöller,
“Cuando vinieron los vizcarristas a buscar a sus opositores,
guardé silencio porque yo no era opositor;
Cuando los vizcarristas encarcelaron a sus opositores,
guardé silencio porque yo no era opositor;
Cuando vinieron los vizcarristas a buscar a los periodistas opositores,
no protesté porque yo no era periodista opositor;
Cuando vinieron los vizcarristas a buscar a los políticos independientes,
no pronuncié palabra porque yo no era político independiente;
Cuando finalmente vinieron los vizcarristas a buscarme a mí,
no había nadie más que pudiera protestar.”
Es el drama que está a punto de ocurrir en el Perú por la gestión de un imputado por corrupción -como Martín Vizcarra- consumado mendaz y manipulador politiquero que, engañando a una ciudadanía oprimida y deprimida, administra a su total conveniencia nuestro país. Vizcarra seguirá violando la democracia, persiguiendo a sus opositores, encarcelando a quienes no piensen como él quiere y amedrentando a quien informe u opine contra él denunciando sus falacias. Hasta que algún peruano sepa que mientras continúe este mismo ritual –con Vizcarra como líder- ningún compatriota será capaz de librarse de su acoso. Como ha ocurrido con tanta gente ya fulminada por Vizcarra.
Vizcarra había revelado ser intrigante y empedernido complotador. Supo deshacerse de todos aquellos que impidiesen su ascenso al poder, tras gobernar Moquegua como chacra propia presuntamente cobrándole millones de soles vía comisiones a quienes les asignaba millonarios proyectos. Lo afirman varios testigos y colaboradores eficaces ante la Fiscalía. Como vicepresidente Vizcarra confabuló con el fujimorismo para vacar a PPK. Y tras la renuncia de éste, asumió la presidencia del Perú convirtiéndose en dictador consumado. Se deshizo inmediatamente del
Legilativo –controlado por el fujimorismo, que le diese los votos para sustituir a Kuczynski tras complotar con gente como Becerril- perpetrando un golpe de Estado que aprovecharía para consolidarse como poder autocrático.
Simultáneamente Vizcarra compró la linea editorial y noticiosa de los denominados “grandes medios de comunicación”, usando el presupuesto de la República a través de una millonaria partida: “publicidad estatal”.
Aunque conocida la realidad de cada una de estas empresas –integrantes del cartel mediático- dejaría sin efecto el subsidio cambiándolo por el chantaje a cada entidad periodística. Igual haría con los partidos y politicastros que usó para ascender al poder absoluto. Empezando por el fujimorismo, su ex premier Villanueva, el fiscal Vela Barba, etc.
La relación de falsedades, traiciones y puñaladas por la espalda consumadas por Vizcarra llenaría un gruesísimo libro.
Ayer el turno era de los legisladores vigentes, y de quienes aspiran en abril 2021 a la presidencia y/o a una curul parlamentaria. Vizcarra tomaba nota de quiénes apoyaban su vacancia para, al estilo de aquella camorra siciliana, perseguirlos y apresarlos. ¡O desaparecerlos! Vizcarra había instalado una era de terror trajeada de democracia. No había títere con cabeza que sobreviviese mientras él dominase esta nación. La única manera de acabar con semejante engendro era vacarlo. Y antes que fuese demasiado tarde ayer, en sesión para la historia, finalmente el Parlamento lo vacó.