Antes de cortar, mide nueve veces
Hay un viejo dicho que dice: “Antes de meter tijera, que poliéster sea la tela.” Y mi abuelita lo resumía aún mejor: “Antes de cortar, mide nueve veces, porque solo podrás cortar una.” Esa sabiduría popular encierra una lección profunda: cuando se toma una decisión sin conocer bien la tela que se corta, el error es irreversible.
Ese es el gran mal de la política peruana, y en particular, del actual gobierno. La improvisación, la desconexión con la realidad y el populismo barato parecen ser el sello de gestión. Se anuncian soluciones rimbombantes sin análisis previo, sin planes reales, sin medir consecuencias. Y cuando los problemas explotan, la carga siempre termina sobre los mismos: nuestras Fuerzas Armadas y nuestra gente.
Hoy el ejemplo más grotesco es la propuesta de reabrir el penal de la isla El Frontón. Suena bonito en titulares, pero la realidad es otra. Un penal en medio del mar, sin agua ni luz, terminará como ya lo fue, cargándole la pluma a la Marina. ¿Quién tendría que llevar agua y combustible? La Marina. ¿Quién tendría que reparar los grupos electrógenos cuando se malogren? La Marina. ¿Quién transportaría a familiares, personal de relevo y suministros cuando falle la única lancha disponible? La Marina. Y cuando los presos, como ya ocurrió en el pasado, se amotinen, ¿a quién llamarán? A la Marina, para que asuma el costo humano y después cargue con juicios interminables por 40 años más.
Señora presidenta: usted aún está a tiempo de no cometer esta atrocidad. No insista en un proyecto inviable. Con ese dinero se podrían construir cinco penales en Challapalca o en zonas realmente estratégicas, donde sí habría impacto positivo y beneficio real para el país. Eso sería gobernar siquiera con un poquito —no le pido mucho— de sentido común.
Lleva ya más de dos años y medio en el poder y no ha terminado ni el penal de Ica, ni ha construido uno solo nuevo —ni siquiera los planos existen. ¿Y ahora pretende reabrir El Frontón en once meses? Eso no es política seria, eso es desconexión total de la realidad.
Yo afirmo: cuando uno tiene un problema y no entiende el problema, lo más seguro es que, al aplicar una supuesta solución, lo único que sucederá es que empeoraremos el problema… y más aún, si negamos que tenemos el problema, el problema será mayor.
El Perú no necesita parches populistas ni decisiones improvisadas que terminan en desastre. Necesita análisis, planificación y seriedad. Si no cambiamos esta forma de gobernar, seguiremos cortando mal la tela una y otra vez, hasta quedarnos sin futuro.
¡Despierta, Perú… despierta!
#PanchoCalisto
#DespiertaPerúDespierta
Por Francisco Calisto
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