Antony Blinken y la creación del Estado de Palestina
Me han parecido sensatas y realistas las recientes declaraciones del secretario de Estado de los Estados Unidos de América, Antony Blinken, desde el aeropuerto de El Cairo, Egipto, a poco de haber culminado su gira de una semana por el Medio Oriente, afirmando sobre la necesidad del establecimiento o creación del Estado de Palestina, y que yo diría, para ser rigurosos con el derecho internacional, que se trata del reconocimiento de iure internacional del Estado de Palestina, que es distinto, pues Palestina es un Estado como tal, tanto que el Perú así lo reconoce y por eso la Misión que cuentan en nuestro país es una Embajada que goza de las prerrogativas establecidas en la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961. Pero, sigamos. El mayor y más grave problema que existe entre Israel y Palestina es que mantienen un conflicto por territorios y al no haber fronteras recíprocamente reconocidas, la inestabilidad y la polarización siguen siendo la regla entre ambos Estados de la región del Medio Oriente. Blinken lo ha reconocido y cree que el paso del reconocimiento de iure permitirá construir una etapa de estabilidad que, a estas alturas de las circunstancias, muchos han tirado la toalla, a mi juicio, dejados llevar por el drama y la tragedia imperantes; sin embargo, desde la diplomacia, que es el arte de la negociación y del entendimiento entre Estados y de éstos con otros actores del derecho internacional y las relaciones internacionales, a pesar de la adversidad que domina abrumadoramente en esa región, tendremos que afirmar con fe, que sí es posible hallar el camino para una solución.
Las declaraciones de Blinken, como él mismo ha referido, son conclusivas de su encuentro con los gobernantes de los países árabes que ha visitado en su reciente gira. Pero, creo más, que el secretario de Estado las ha expresado porque Estados Unidos e Israel habrían llegado al convencimiento de que mantener a Palestina en acto marginal a la comunidad internacional –recordemos que Palestina no es miembro pleno de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)–, no suma. Todo lo contrario, esta realidad que muestra un grave desequilibrio jurídico internacional, mientras persista no permitirá sanear otros episodios convulsos en la región (el asunto de Yemen, la actitud amenazante de Irán, el problema de siempre con Hezbolá en Líbano, etc.). Si Washington e Israel creen que es tiempo de empoderar al gobierno de Palestina en Ramala, lo que excluye a Hamás de cualquier eventual posibilidad de entendimiento, es porque de otra manera, no lograrán ninguno de los objetivos que se han trazado para la etapa ulterior a la erradicación de Hamás de cualquier tipo de control en Gaza, y también porque Israel sabe perfectamente que la opinión pública mundial está mayoritariamente a favor de Palestina, sin que por así serlo signifique que en la guerra que Israel le ha declarado a Hamás no tenga argumentos para justificarla. Aunque en otra columna me referiré al caso de Sudáfrica contra Israel en la Corte Internacional de Justicia, me queda claro que este juicio que se ha iniciado, no contribuye en nada a la paz que irónicamente la propia Corte deberá invocar o imponer a Israel y Palestina. Para que se puedan dar las condiciones políticas y diplomáticas que permitan dar paso al reconocimiento del Estado de Palestina, será necesario previamente, que ambos Estados, decidan ir a negociaciones de fondo y sin detención ni condiciones, lo que deberá pasar previamente, eso sí, por haber superado pacíficamente, la cruenta etapa de guerra que hoy se impone entre Israel y Hamás.
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