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Aprendiendo de errores históricos

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Fecha Publicación: 19/06/2022 - 22:35
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Alemania, Italia, Francia y Rumania expresaron a través de sus presidentes que viajaron a Kiev su solidaridad con Ucrania para su ingreso a la Unión Europea.

El mensaje subliminal es un llamado a la paz, urgido por la caída de las bolsas europeas. Detrás de la guerra en Ucrania hay intereses económicos. Se originó por el control del suministro de energía a Europa. Las armas que se creían más efectivas eran también de orden económico, en forma de “sanciones”. Estas no tuvieron éxito. Rusia no detuvo sus planes de agresión, ni Occidente pudo frenar la invasión, que se consolida en ocupación. Muchos países sufren una inflación derivada de la distorsión de los precios del petróleo. Alemania, el más importante socio comercial de Rusia en Europa, sigue siendo dependiente del suministro de gas y petróleo ruso. En tanto Ucrania, históricamente ligada a Alemania, mantiene su dependencia de Europa.

Es una guerra de baja intensidad, si se la compara con otras acciones militares en Europa. Basta recordar que los ataques de Alemania a Francia en 1940 duraron solo semanas hasta la capitulación de Francia. En esta fase inicial de la guerra, a pesar de la superioridad militar francesa, hubo más de 300 mil víctimas. Luego como se sabe la II Guerra Mundial dejó 70 millones de muertos. Hoy en tres meses de guerra se está lejos de estas cifras. Los daños colaterales a civiles en Ucrania, se igualan a un solo día de combate en la Segunda Guerra Mundial.

Solo el ataque de un marino ucraniano -al servicio de la Unión Soviética- Alexander Marinesco, produjo en un día de enero de 1945 más de diez mil víctimas de civiles alemanes, entre ellos muchas mujeres y niños.

El presidente de Ucrania demostró, hasta ahora, falta de experiencia para lograr la paz. Su país depende del apoyo internacional. Se le transfirieron miles de millones de dólares. La ayuda se extendió en muchos campos: países vecinos reciben refugiados y curan los heridos.

El dirigente ucraniano pide armas destructivas y espera que lo ayuden en la reconstrucción. Que es un negocio para quien las produce y vende. Pero acarrean el riesgo de convertirse en partícipe directo de un conflicto que amenaza desencadenarse en Tercera Guerra Mundial.

En estas circunstancias se hacen notar las consecuencias de errores comentados durante la Segunda Guerra Mundial, siempre disimulados bajo la propaganda. Democracias de Occidente hicieron alianza con la Unión Soviética, para combatir autoritarismos en Europa, gobiernos de derecha que combatían contra los rusos. Ello terminó con la entrega de varios países europeos a dictaduras comunistas.

Hoy enfrentamos autocracias de mayor envergadura como son la misma Rusia y China. Se hace necesaria una nueva arquitectura de seguridad para Europa, evitando errores del pasado, que acarreen un alto costo para la economía y las libertades fundamentales.

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